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BENKIRAN ¿FIRMARÁ LA EXTRADICIÓN DE UN MIEMBRO DE LOS “HERMANOS MUSULMANES” APROBADA POR EL TRIBUNAL SUPREMO DE RABAT?: “GOBERNAR ES TAMBIÉN ELEGIR”[1]
En España, tanto el PSOE como
el PP han demostrado cabal y elocuentemente que sus velocidades y sus gestiones
cambian de partido a gobierno. A veces, incluso, cuando acceden a la Moncloa, sus posturas se
convierten en distintas y distantes de lo que eran en tanto que partido
político.
La cuestión (problemática) se
plantea actualmente en Marruecos: después de haber sido debidamente validada
por el Tribunal Supremo de Rabat, el Jefe del gobierno, Abdelilah Benkiran debe
firmar la extradición hacia el Cairo de un súbdito egipcio, miembro de los
Hermanos Musulmanes, Sayid Omar Salem, encarcelado en Marruecos desde febrero
pasado cuando efectuaba un desplazamiento en el marco de su participación en la
feria del Libro de Casablanca en su calidad de editor.
Se trata de un arresto que
respondía a un mandato de detención internacional emitido por Egipto contra
Salem al que acusan de implicación en las manifestaciones del 13 de agosto del
2013, organizadas por los Hermanos Musulmanes a raíz de la destitución del ex presidente
Mohamed Morsi.
Tanto las ONG egipcias
(opositoras) como algunas internacionales evocan posibles torturas en Egipto
como los abusos mas de una vea señalados durante la época del ex mandatario,
Husni Mubarak. Pese a lo cual el Tribunal Supremo de Rabat ha respondido, el 11
de junio pasado favorablemente a la demanda de extradición formulada por el
gobierno egipcio.
En todo caso: el destino de
Sabed Omar Salem esta, desde ahora en adelante, entre las manos del Jefe del
gobierno marroquí. Es él quien posee la prerrogativa de firmar o no el acta de
extradición del egipcio.
¿Lo hará, a pesar de las
múltiples afinidades del PJD (partido que lidera Benkiran) y los Hermanos
Musulmanes?
De hecho el PJD esta
comprometido con Añada en Túnez y el AKP en Turquía en una campana
internacional contra el presidente Abdelfettah Al Sissi.
No obstante ser un partido
político, entre muchos otros, no es igual que ser gobierno de la nación.
El Jefe del ejecutivo marroquí
se encuentra en una situación muy delicada. Debe decidir entre sus convicciones
personales y la solidaridad partidaria por un lado (que no son las de todos los
marroquíes) y las exigencias de la razón de Estado.
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