Hace poco, aquí, en este blog, elogiábamos un discurso del presidente
argelino, Abdelaziz Bouteflika con motivo del aniversario del lanzamiento de la
resistencia en Argelia (FLN) en el que, entre otras, insto a los dos pueblos
(argelino y marroquí) “a olvidar las futilidades de los días ordinarios”, en alusión
a los problemas bilaterales que enturbian estos “días ordinarios” (casi medio siglo).
A pesar de que sabemos que en Argelia hay más de un centro de decisión y mas de
un poder, vimos entonces, legítimamente, en el mensaje del mandatario del país
vecino, un mensaje de esperanza.
¿Espejismo?
Tal vez y tal vez
no.
Tal vez no, porque no debemos cansarnos por un acto, una palabra o un
informe. Los detractores son múltiples. Enormes son los intereses. Insistamos
en la reconciliación tan buscada y no encontrada, en la comprensión perdida, en
la distensión disfrazada, en la solidaridad dipalidada, en la amistad ineludible
y en la paz anhelada.
Tal vez, porque un informe argelino vuelve a responsabilizar, sin ningún
indicio de pruebas, a Marruecos de la agitación de Ghardїa.
Viniendo de Argelia, contra Marruecos, el hecho no hubiera necesitado ni comentario
ni interés. Las acusaciones contra Marruecos en Argelia, forman parte de la
cultura política.
No obstante, el caso es diferente ahora: el acusador es la Asociación de los
Ulemas de Argelia que menciona en su informe (que será entregado al primer
ministro) que “los enfrentamientos entre amaziguis y árabes no son ideológicos,
sino más bien “una conspiración tramada por una mano extranjera que comenzaron
inmediatamente después del festival amazigui en Marruecos”.
Doblemente extraño.
Por un lado, Argelia es el primer y el único país del mundo en que los
ulemas, como si se trataran de una corporación de inteligencia o de servicios
secretos, prepara informes al gobierno sobre temas y cuestiones de orden socio-político.
Pero, se debe preguntar aquí: ¿Qué ulemas? Porque hay los cortesanos y hay
los verdaderos ulemas argelinos que no escatiman esfuerzo alguno para unir y no
dividir a los dos pueblos hermanos y a buscar soluciones a los problemas entre
ambos, en vez de buscar problemas a soluciones.
Luego, el informe de los servicios de seguridad, disfrazados de “ulemas”,
da una desmesurada dimensión al imaginario papel de Marruecos en la vida social
o étnica en Argelia. “Marruecos intenta explotar el conflicto inter-comunitario
en Ghardїa para atentar contra la integridad territorial de Argelia”.
Esto suena a “Argelia intenta aprovechar el conflicto en el Sahara marroquí
para atentar contra la integridad territorial de Marruecos”.
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