“La amenaza que representa Libia y sus grupos armados para la seguridad
regional es, sin género alguno de dudas más seria, a corto y medio plazo que la
que representa el ‘Estado Islámico’ en Siria y en Irak” . Palabras de Olivier
Guitta, consultor en seguridad internacional, basada en Londres en una
entrevista a Medias 24 el domingo pasado
Palabras que imponen una serena reflexión sobre, por un lado, las primeras
y nefastas consecuencias de la llamada “Primavera Árabe” y lo que se ha
programado en el marco de ésta para desarticular al mundo árabe en caso de
fracaso de las nebulosas terroristas disfrazadas de islamismo, por oltro.
Efectivamente la amenaza es seria por las siguientes razones:
1- Porque
la semana pasada durante el ataque al aeropuerto de Trípoli en Libia, exhaustiva
e incomprensiblemente bien preparado, con características propias de una
“operación de diversión” habían 31 aviones, 20 de los cuales fueron
deliberadamente destruidos o dañados y los 11 restantes (aviones civiles)
desaparecidos hacia un destino hasta ahora indeterminado. Lo que debe despertar
sospechas en torno a otro guión del 11-9 en Nueva York.
2- Las
20 millones de armas desaparecidas desde el
2011 en Libia a raíz de la caída del ex régimen, muchas de ellas de una
calidad excepcional siguen, hasta ahora en paradero desconocido…relativamente y
que pueden alimentar los arsenales de la mayoría de los grupos terroristas que
operan actualmente en el mundo árabe de punta a punta.
3- La
salida de todo control de sus diseñadores occidentales y regionales del llamado
“Estado islámico” en Irak y de otros grupos ‘yihadistas’ pone en extremo
peligro la seguridad de todos los países medí orientales e incluso del
Nor-Oeste africano y de algunos países de Europa como España y Francia.
4- La no
identificación de los aviones que atacaron esta mañana (lunes) Trípoli plantea
otra interrogación en torno a lo que podría ser considerado como nueva forma de
actuar de las nebulosas terroristas en Libia y sus aliados en los países
vecinos (principalmente Túnez y Argelia pero también Marruecos y Mauritania).
5- La proclamación
por el EIIL de un “Estado islámico” en los territorios que ocupa en Irak por
consejo de sus diseñadores occidentales y regionales a raíz de una masiva fuga
de sus “muyahidin” por “falta de perspectivas claras” y la posterior radicalización
de algunos de sus dirigentes que comenzaron a creer en la posibilidad de una total
“autodeterminación” para con sus diseñadores e incluso para con la organización
madre: Al Qaida, diseña un nuevo mapa y unas nuevas ambiciones que sus diseñadores
no preveían y no podían prever y disconforme y discordante con los intereses de
los “aliados” árabes, de donde las muy limitadas incursiones americanas y las
amenazas británicas, destinadas, mas a persuadir al EIIL a reaplicar las
consignas dadas inicialmente que a causar grandes estragos al Frankestein, versión
geopolítica.
6- Los
abstractamente expresados llamamientos en, especialmente Estados Unidos y el
Reino Unido a una intervención directa y, según Londres, prolongada, en Irak
suscita la sospecha de que este es el objetivo de las dos potencias con su
“Primavera árabe” y no otro.
7- Las
inflexiones de esta misma “Primavera árabe”: pacifica en Túnez, violenta y con
cobertura “internacional” en Libia, compleja en Egipto, militar en Siria,
tímida en el Líbano, disfrazada en el Yemen (para evitar la llegada de Al Qaida
y sus ramas a Arabia Saudita) y amenazadora en Argelia y Marruecos, junto a su
exhaustiva programación: comienza en Túnez y no “contagia” a Libia hasta
terminar en Túnez, no llega a Egipto hasta terminar en Libia, no alcanza Siria
hasta terminar en Egipto, suscita muchas dudas y plantea muchas preguntas sin
respuestas o a medias.
Por estas siete razones, por muchas otras y por la cara oculta del Iceberg
terrorista, Olivier Guetta tiene razón: La amenaza Libia es mayor que la del “EI”
en Irak y Siria.
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