Salvaje agresión israelí contra Gaza/La marcha de Rabat: El ejemplo marroquí…

 Entre 60 000 a 150 000 manifestantes, la marcha de Rabat en solidaridad con el pueblo palestino, victima atroz de una guerra de exterminación llevada a cabo por Israel en procuración de algunas potencias occidentales y algunos cómplices (domésticos) árabes se ha erigido como ejemplo para el mundo árabe o lo que queda de él.

 

En efecto, en la marcha, colocando a un lado sus discrepancias ideológicas, sus sensibilidades políticas y sus divergencias de todo orden, los lideres de los partidos políticos marroquíes, desde el nacionalista Hamid Chabbat hasta el socialista Dris Lechgar, pasando por el independiente Salah Edin Mezouar (a la vez ministro de exteriores y cooperación, o los peyedistas Abdellah Baha, Aziz Rabah, Habib Chubani o Sumia Jaldun o el pamista Mostaza Bakouri y la socialista Nabila Munib e incluso el indomable Al Adl Ua Al Ihssan con su Nº 2, Fathallah Arsalan, acompañado por algunas figuras del circulo político, han permitido que su gesto solidario con las victimas del sionismo eclipsara toda diferencia, marchando juntos, con la misma voz, la misma nobleza y el mismo fervor moral e intelectual.

 

Tiempo para Palestina… tiempo para la justicia… tiempo para condenar en voz alta y en mayúscula la barbarie israelí y la complicidad árabe…Todo un ejemplo para un mundo árabe en el que, algunos, cuando se trata de matar a decenas de  miles de árabes en Siria o en Irak o cuando se trata de crear bandas armadas a las que se obsequia increíbles cantidades de dólares y no menos increíble cantidad de armas de todo calibre, o cuando se trata de destruir infraestructuras, propiedad de los pueblos y para los pueblos se muestran desmesuradamente generosos, pero para las orbi les escenas desde Gaza de niños quemados o de bienes destruidos miran hacia otro lado…

Insensibles a los buenos ejemplos pero sin ilusiones de que lo fueran alguna vez, Marruecos, su rey (que acaba de prometer nuevas ayudas al pueblo palestino mártir), su gobierno y su pueblo vive al compás de la tragedia de sus hermanos palestinos.