Miraros en un espejo de frente,
No
olvidéis que el ángulo,
Puede
cambiar de repente,
Y
podréis imaginaros que sois,
Extraterrestres
o entes.
Vuestro
sufrimiento lo sienten,
Y que vuestra enfermedad va para
peor,
También lo presienten,
Pero a la hora de ayudar,
No se arrepienten.
Por tu esófago,
Han pasado litros de alimentos,
Que en la taza del váter se vierten.
Los que te quieren por tu físico,
Simplemente te mienten.
Y cuando los necesitas,
Como ratas se esconden,
Lamentablemente no se ofenden,
Y hacerte más daño,
Es lo que pretenden,
Sin
embargo,
¿Sabes que existen millones de niños
que sufren hambre?
Y son ellos los que te piden y
advierten:
Mándanos la comida que rechazas,
Que no podemos sobrevivir solo,
A base de calabazas.
Que
están vacías,
Nuestras tazas.
Olvidaros de una vez de los
complejos,
Brillad con luz propia,
Hasta dejarles perplejos,
Observando
como casi todos,
Te tiran los tejos.
Para ser importantes,
No
necesitáis las pasarelas y los focos.
Debéis saber que así solo parecéis,
Que estáis locos.
Quererse al natural es cosa de pocos.
Te estás quedando en los huesos,
Y en vez de carne se ven pellejos,
Y tu
familia es la única que te quiere,
Dar besos,
Te preparan desde sopas light,
Hasta gran variedad de quesos,
Pero a ti comer sano,
No te
entra en los sesos.
La
publicidad, el cine las modelos, las revistas…
¿Quién
te ha maltratado?
No
hace falta que me des pistas…
Por
favor, dadle cariño
Y
Buscadle buenos psicoanalistas.
Te
daré un simple consejo,
Pensad
que son mentirosos los espejos,
Que
te lo aseguren los que una vez fueron jóvenes,
Y hoy
son viejos.
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