Leído en « Akhbar Al Yawm »: ¿Cómo y por qué los marroquíes de Da’ech (acrónimo árabe del EIIL) se fueron a Irak?
Desde ahora en adelante,
Marruecos tiene un verdadero ejército, pero no el que se conoce… sino otro: en
el exterior de las fronteras, actuando en Irak, habiendo presentado su
pleitesía al autoproclamado “Califa” Abou Bakú Al Bagdadi, ‘emir’ del EIIIL.
Hoy por hoy son 1. 500 compatriotas
que “combaten” bajo el estandarte de Al Bagdadi en Irak y mañana,
nadie…absolutamente nadie, puede prever hacia donde ira esta gente para sembrar
el caos y la ciega violencia en este cuerpo árabe consumido por el comunitarismo
y las guerras, por la pobreza y la precariedad, por las dictaduras y por la
desesperación.
Los marroquíes son la segunda
nacionalidad en las bandas terroristas del EIIL, después de los tunecinos cuyo
numero gira en torno a los 3 000 que han preferido esta aventurada
“hazaña” a la revolución del jazmín y la perspectiva de una prometedora
democracia.
¿Cómo, pues, el pensamiento
“yihadista” ha logrado seducir a tantos jóvenes marroquíes, bajo el abanderado
negro, recorriendo miles de kilómetros para matar a los chiítas y a los
alauitas, además de la gente de Hizbollah y de Al Qaida?... Al Qaida que
aparece ahora como una paloma en comparación con los halcones, particularmente
sanguinarios del EIIL.
Los “combatientes” de este
“Estado islámico” que matan a la gente en la frontera, ante las cámaras que
transmiten sus abyecciones al mundo entero, presentando, de este modo, insignes
servicios a la derecha religiosa de Israel y a la derecha radical en Europa y
en América, derechas que inspiran y obran tanto como pueden, por meter a todos
los musulmanes en el mismo saco.
¿Por qué, pues, el proyecto
llamado “marco del campo religioso” en Marruecos ha fracasado en disuadir a los
jóvenes marroquíes a emprender esta pretendida aventura del “Yihad mundial”?
¿Por qué estos jóvenes no
solicitaron la opinión o el aval del Consejo superior de los Ulemas antes de
adquirir el boleto de la muerte hacia Irak o Siria? ¿Dónde se encuentra el
método de la “moderación” que no cesan de contarnos nuestro ministro de Asuntos
islámicos desde hace 15 anos?
Esta masiva ola de jóvenes que
optaron por “combatir” en las filas de los cohortes de Al Bagdadi debe incitar
a nuestros responsables a reflexiona r muy seriamente sobre su método de
“enmarcar el campo religioso”, un método fundado, antes que nada, en
consideraciones securitarias, soldándose con un gran fracaso en materia de
pensamiento de reflexión e ideología, únicas capaces de extraviar a los jóvenes
de la violencia para conducirlos a una opción más moderada y mas razonable de
la religión.
Tal opción es la única que
pueda disuadir a los malos espíritus de dejar de instrumentalizar la religión
en sus combates y sus ajustes de cuentas personales, saliéndose bien por la
única razón de que usan y abusan de un lenguaje sentimental que se apoya en el
Corán y los Hadices del Profeta (SAS) para seducir mejor e influenciar a los
espíritus débiles, enfermos o desbaratados.
La política publica seguida
hoy en materia religiosa se basa únicamente en la vigilancia y el control, los
cuales se han hecho posibles, gracias a un ejército de funcionarios
predicadores e imames.
No obstante, lo que conviene
hacer es, mas bien, reformar el campo religioso en vez de colocarlo bajo
control. Para ello, se debe cambiar el método y la metodología ya que las que
están en vigor privilegian la transmisión a la reflexión, haciendo pasar la
letra del mensaje antes del espíritu de la religión.
Tantas veces hemos visto estas
“fatuas” tan afligentes como lamentables emitidas por el Consejo superior de
los Ulemas, que, en principio, debía conducir a un Islam de Luces y no
reproducir una teología beduina venida directamente desde las arenas de la península
arábiga.
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