Con la nueva tentativa de exterminar al pueblo palestino, el mundo y no, como piensan
algunos, Gaza, vive momentos dramáticos que han determinado fehacientemente las
fronteras entre la razón y la locura, entre la justicia y la injusticia y entre
jefes de Estado y vende-patrias.
Más de 500 mártires y más de 2.500
heridos, más de la mitad de los cuales niños de cortísima edad e indefensas
mujeres, algunas de ellas encintas.
Juzguen Ustedes mismos:
En el quinto día de la agresión
sionista contra Gaza, el número de las víctimas mortales giraba entre 19 y 21%.
En el sexto día este porcentaje saltó al 28%. Tres días después la infancia
constituía el 30% de los mártires, el 47% de los heridos leves y el 52% de los
heridos graves. En el décimo-segundo día del holocausto el número de los niños y
sus madres alcanzó el escalofriante porcentaje del 78 al 80% de las víctimas
mortales y el 74% de los heridos entre leves y graves.
¿Por qué tan diabólica puntería?
Desde el punto de vista militar
este « ejercicio de tiro » sólo puede explicarse por un rotundo
fracaso de la estrategia militar inicial de los estrategas militares israelíes
que se vieron obligados a decretar una censura contra la información sobre sus
pérdidas que ni el difunto Sadam Hussein se había atrevido a imponer durante la
agresión americana contra Irak.
Al comienzo, la idea era increíblemente simple : solucionar la
cuestión palestina, anexionando la franja de Gaza a Egipto y Cisjordania al
Reino Hachemita, lo que sedujo irresistiblemente a los máximos dirigentes de
los « protectorados » soñados.
Alguien en Tel Aviv por consejo estadounidense,
convenció a algunas capitales árabes de que para acabar con la pobreza se debía
matar a los pobres y muchos mandatarios árabes juraron y cumplieron su promesa
de « respetar » los acuerdos aunque, en su agresión contra Gaza sus
amigos israelíes violaron todos y cada uno de los acuerdos, convenciones y
compromisos regionales e internacionales, incluida la Cuarta Convención
de Ginebra sobre los civiles en tiempos de guerra.
Obviamente Gaza no es Vietnam, ni
Irak, ni Afganistán ni siquiera el Líbano. Gaza es un pequeño terruño que en
opinión de más de un analista israelí no merecía los 44 000 millones de
Shiqueles que cuesta a Israel su empresa criminal contra Gaza ni el «
paro técnico » de un tercio de la población israelí ( más de un millón de
los israelíes por ser todos o bien militares o bien paramilitares, está
actualmente involucrado directa o indirectamente en el actual genocidio en Gaza,
ni el cierre indefinidamente de las escuelas ni la reducción del crecimiento a
menos de 1’4 este año.
Pese a lo cual, para los
observadores el 12 casi 13 día de la guerra de exterminación de Israel contra
la población palestina en Gaza traduce el comienzo de la frustración de los que
prometieron a Barak Obama un « nuevo » Oriente Medio… Sin Palestina
ni palestinos, cuyas imparables reivindicaciones de sus inalienables derechos
constituyen, para EEUU, Israel y los que en Oriente Medio giran en su órbita,
un auténtico quebradero de cabeza.
Primero
fue la agresión. Luego un vergonzoso silencio descaradamente cómplice y
más tarde al no « cumplir » Israel con el contrato, cobertura
europea para Israel.
Luego llovió voluntades: Consejo
de Seguridad de Naciones Unidas, Plan de paz egipcio-francés o qatari-egipcio e
incluso llamamientos para una Cumbre árabe.
De hecho, ¿Para qué sirve aún la ONU y la Liga Árabe? Mejor no
responder porque de no existir la acuciante necesidad de un pretexto y el
consiguiente respaldo « mundial » para invadir a Irak, agredir a
Afganistán o a formular vetos para contrarrestar todo intento de condenar a
Israel por más genocidios, guerras de exterminación y crímenes contra la
humanidad que cometa, el organismo mundial y su Consejo de Seguridad, se
convertirían en un auténtico circo como ocurre desde la agresión con la
representante americana que, por poco, iba a presentar «irrefutables « pruebas »
de la existencia en Gaza de armas de destrucción masiva.
Afortunada
o desgraciadamente ni Tel Aviv ni Washington juzgaron útil inventar «
pruebas » de relaciones de Hamas y de la resistencia palestina con Al
Qaida de Ousama Ben Laden ni de vínculos con el 11-S.
Decadencia moral de un Occidente en quiebra
moral.
Los hay que hablan de alto el fuego. Una
manera como cualquier otra de justificar los horribles crímenes de los
generales de Tel Aviv y de confundir deliberadamente entre la víctima y el
verdugo.
En este orden de ideas, vuelve
Irán a servir de cabeza de turco…militar. Simón Pérez habla de cohetes iraníes
y de contrabando de armas. « Toda una
amenaza contra Israel »… que recibe diariamente de Estados Unidos
toneladas de armas que ni siquiera el ejécito americano conoce.
Irán, Hizbollah y qué más.
Israel tiene dificultades ante un
adversario, que por haber estado-está bajo un implacable embargo, no tiene
armas y desde el punto de vista militar es insignificante.
¿ Dónde, cuándo, cómo y por qué ? Difícilmente se
puede responder porque en la historia de la civilización ( y de las guerras)
nunca no se conoce el ejemplo de una « potencia » militar como
Israel con continuos, fáciles y nunca condenados ni contestados puentes aéreos
desde Estados Unidos y muchos otros países occidentales que bombardea día y
noche con modernísimos aviones, sofisticados misiles con fósforo blanco y
napalm y con toneladas de bombas desde sus aviones, tanques y marina una franja
de terruño a cuyos habitantes Washington, Paris y Londres acusa de contrabando
de armas a pesar del gendarme turco y arabe.
Ni
Hitler, ni Jinkis Khan ni Houlako ni nadie en la historia de la violencia
humana cometió tan horrible crímen.
El Sr. Obama encontrará serias dificultades
para seguir hablando de democracia.
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