Los rumores de ayer se han convertido en certeza de hoy: Para remplazar al
argelino Lakhdar Brahimi en la función de enviado de la ONU y de la Liga Árabe a Siria, el
secretario general del organismo mundial prefiere a un diplomático marroquí “de
alto rango”.
Ban Ki-Moon insiste en un relevo marroquí y explica que el reino es uno de
los pocos países que mantuvieron “buenas relaciones con todas las partes
implicadas en el conflicto”. Por lo cual, según el jefe de la ONU, “seria la mejor opción
para llevar a cabo una solución definitiva y duradera a esta crisis”.
Fuentes árabes en Londres han confirmado al diario “Ashark Al Aussat” que
cualquier candidato marroquí recibiría el total apoyo árabe e internacional, “gracias
a las excelentes relaciones de Marruecos con los países del Golfo, con los
Estados unidos, la Unión
Europea, con Rusia y China.
Por otra parte el rotativo londinense afirma haber preguntado a un “responsable
marroquí al respecto”, respondiendo éste que “Marruecos no esta interesado en
esta propuesta”. “Marruecos estimula a Ban Ki-Moon a elegir un candidato occidental
para evitar toda sensibilidad arabo-árabe”.
En este sentido Rabat no oculta su preferencia por Jan Eliasson,
Vice-secretario general de la ONU
para los asuntos políticos.
De hecho, Marruecos cuenta con diplomáticos con reconocimiento
internacional y que han dado muestra de una excepcional competencia en puestos
de responsabilidad en el seno del organismo mundial.
Más aun, muchos de ellos habían expresado, en privado, su discrepancia con
la diplomacia marroquí respecto a la crisis siria en la época en que el Dr. Saad
Edin Otmani dirigía asuntos exteriores y cooperación y que formulaban el voto de
evitar alineamiento con posición de otros y el mantenimiento de la legendaria
imparcialidad y de buenos oficios de Marruecos.
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