A
excepción de dos playas de Casablanca: Saada Nahla, según el informe anual
(2013-2014) de la vigilancia y análisis de la calidad de agua de baño en las
playas marroquíes, el 97% de nuestras playas son conformes a las normas higiénicas
para el baño.
Como
todos los anos, las playas del país fueron objeto de un estudio microbiológico
para valorar su conformidad con las exigencias reglamentarias del baño.
El programa
nacional de vigilancia, este año, ha abarcado 147 playas, de ellas 43 en el
Mediterráneo y 104 en el Atlántico, repartidas en 31 provincias y prefecturas
del país, registrándose la misma tasa de conformidad al baño del año pasado.
Las
estaciones que precedieron el verano, la ausencia de la concurrencia y otros
factores naturales han mantenido a lo largo del año la “virginidad” de estas
playas y su “potabilidad”, una más que otras (en el Mediterráneo 94’85% y en el
Atlántico el 97’6%).
Ahora, a
partir de esta semana con la fuerte concurrencia, la imprudencia de muchos y el
irrespeto de las normas y reglas medioambientales de casi todos esta “conformidad”
puede ser objeto de un atentado con el que seria difícil mantener la actual
tasa de conformidad al baño.
Dicho
con otras palabras: ahora depende de nosotros, de nuestra disponibilidad a
respetar la naturaleza, de nuestra voluntad de tratar la mar y las playas como
son: nuestras, manteniendo limpias estas playas y limpios estos mares.
El papel
de las autoridades locales es, obviamente, fundamental, pero no lo es menos nuestra
responsabilidad colectiva para velar por este patrimonio natural y esta riqueza
de todos.
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