Marruecos/Armamento Carrera americano-rusa



 

A pocos días de la visita del rey Mohamed VI a Rusia, por invitación de su presidente Vladimir Poutine, Estados Unidos se dispone a acordar una donación de material militar de un valor de 30 millones de dólares a las Fuerzas Armadas Reales.

Entres otras armas figuran en esta donación 150 vehículos Hummer, más un centenar de ruedas de cambio. O sea: lo que Marruecos necesita actualmente y podría comprar de Rusia.

El ‘timing’ de esta donación no es una casualidad porque, habida cuenta de la deuda marroquí hacia Rusia, no se excluye que Marruecos firmara nuevos acuerdos para la adquisición de armas con Rusia, la cual se había negado a alinearse en abril del 2013 sobre el proyecto de resolución americano presentado a los miembros del consejo de seguridad de la ONU que preveía una ampliación del mandato de la MINURSO a la vigilancia de Derechos Humanos en el Sahara, motivo entonces de una fuerte controversia entre Rabat y Washington.

La donación, antes incluso de desvelarse las intenciones de Rabat en la materia, es significativa a más de una razon.

No obstante, independientemente de las consideraciones que hayan hecho posible esta donación en tales circunstancias la vocación plural de Marruecos en cuanto a sus relaciones y a sus socios no puede ser mas que saludable en una coyuntura marcada por una fuerte competitividad y competencia entre las potencias y los que lo son menos.

Diversificar las fuentes de los tratos sobre el plano internacional es garantizar la independencia de acción y adquirir el respeto de los interlocutores y socios tradicionales.

Lo de las armas puede aplicarse a las frutas y verduras y otros dominios donde el Reino es objeto de chantaje de la UE y los socios occidentales.

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