Según la Organización
Mundial de Salud (OMS) en Marruecos el porcentaje de las
personas que padecen la hipertensión arterial gira en torno al 41’2%, representando
la segunda causa de la diálisis y es responsable del tercio de las enfermedades
renales crónicas.
Mas allá de campanas ocasionales de sensibilización, tanto oficiales u organizadas
por asociaciones de la sociedad civil, es necesario desarrollar en el seno de
la sociedad comportamientos sanos y sobre todo sensibilizar a la gente al hecho
de que la HTA no
es una fatalidad y que puede ser evitada y tratada incluso envejeciéndose.
En algunos países desarrollados, los esfuerzos de prevención y tratamiento
de la hipertensión y otros factores de riesgo cardio-vascular han permitido
reducir la mortalidad por cardiopatías.
De hecho en la mayoría de los casos en ausencia de complicaciones la
inmensa mayoría de los enfermos juzgan innecesaria una consulta médica, lo que
incrementa los riesgos de una crisis cardiaca, de un accidente vascular
cerebral, insuficiencia renal, ceguera o de varias otras afecciones vasculares.
Una patología que inquieta a la sanidad publica de todo el mundo.
Según la OMS
casi 1000 millones de personas padecen la hipertensión en el mundo: 40% en los países
desarrollados y el 60% restante en los países en vías de desarrollo.
Mas grave aun: desde el 2025, debido a la vejez de la población y la evolución
del modo de vida que favorece la obesidad y la sedentarismo, habrá casi 1 500
millones de enfermos.
La profilaxis vale aquí mil tratamientos.
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