Hoy
el rey Mohamed VI ha comenzado una visita oficial de tres días a Túnez, la
primera desde la revolución tunecina de enero del 2011.
Esta
visita real tiende a dar un impulso a las relaciones entre los dos países,
especialmente en los dominios político y económico. En este contexto el monarca
marroquí tratara de promover y activar los intercambios comerciales entre los
dos países, que actualmente no superan el modesto volumen global (cuando se
trata de dos socios de la UMA)
de 2 500 millones de Dirhams.
De
hecho, Marruecos que había aportado un firme e inequívoco apoyo a las
aspiraciones del pueblo tunecino al cambio, desea desarrollar con este pueblo
hermano un partenariado ganador-ganador. A este respecto el soberano marroquí y
el presidente anfitrión presidirán una ceremonia en el curso de la cual se
procederá a la firma de muchos acuerdos bilaterales.
No
obstante, junto al refuerzo de la cooperación política y económica, la
delegación que acompaña al rey en esta visita oficial examinará con sus
interlocutores tunecinos la situación securitareia en la región, especialmente
a nivel de las fronteras libio-tunecinas.
Con
los actuales desafíos securitarios en la zona debido a la actividad de grupos
extremistas procedentes de la vecina Libia y sin un fuerte ejercito Tune z esta
llamada a mantener relaciones tan estrechas como equilibradas con Argelia y
Marruecos así como con el resto de los países de la Unión del Magreb Árabe a fin
de contribuir a la realización de los votos de los pueblos magrebies en la
unidad, la complementariedad y la integración económica.
Una
visita real que abre todas y cada una de las eventualidades de comenzar una
nueva era en este, a falta de encuentros y de diálogo de este tipo,
convulsionado Magreb Árabe.
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