Con un mensaje de fraternidad
en el que ha instado a los musulmanes, judíos y cristianos « trabajar
juntos por la justicia y la paz », clausuro ayer Su santidad el Papa su
visita ecuménica de tres días a Oriente Medio.
El Santo Padre se refería a un
dialogo de civilizaciones en el que para los musulmanes, pese a ser victimas
atroces de agresiones de todo tipo por parte de los demás, la distensión religiosa,
política y étnica es una opción estratégica, siendo los únicos en la historia
de civilización religiosa que creen en todos los profetas (en los profetas de
los judíos y de los cristianos) sin hacer ninguna distinción entre todos los
mensajeros de Dios.
“El
Mensajero y sus seguidores creen en lo que le fue revelado por su Señor. Todos
creen en Allah, en Sus Ángeles, en Sus Libros y en Sus Mensajeros. No hacemos
diferencia entre ninguno de Sus Mensajeros” (Corán, Surat Al Bakara, versículo 285).
El viaje del Soberano Pontífice
era tan simbólico que ilustraba el clima y la dramática situación de la región
que vive tensiones religiosas entre los tres credos
En su primera etapa jordana,
el Santo padre evoco también la tragedia de Siria, cuyos refugiados cristianos
se desplazaron a la capital Amman para asistir a una misa al aire libre en el
estadio de la capital jordana.
Su Santidad renovó su
llamamiento más acuciante “por la paz en Siria”… una paz usurpada, en gran
parte por potencias occidentales con otras regionales por procuración.
Paz en Siria… paz en Irak… paz
en Yemen… paz en Afganistán… paz en el mundo y paz y justicia para los
promotores de las organizaciones terroristas como Al Qaida que lanzan donde
quieren, cuando quieren y como quieren.
Así no tendremos que observar
un minuto de silencio en memoria de la difunta conciencia occidental.
Comentarios
Publicar un comentario