En las alas del
viento con vuelo sempiterno
mi voz es el
heraldo mirífico y eterno
que le canta a
COLOMBIA, con devoción filial,
para honrar su
pasado, su presente y futuro,
en la urdimbre del
verso con el amor más puro
que repita a los
siglos su grandeza imperial.
Pretendo con
modestia que el sol de mi palabra
alumbre los
linderos que su destino labra
y que imperen por siempre la unidad y la paz,
que sus hijos convivan en fraterna armonía
y que sean sus
mujeres la flor de su alegría
adornando sus
campos de esmeráldica faz.
Desde MÉXICO, vengo
por rendirle homenaje
con sentimiento
azteca, que luce en su ropaje,
la lira melodiosa
del clásico español.
Pretendo solamente
dejar bajo su cielo
el rosal de mi
canto y el joyel de mi anhelo
en el nido radiante
de su cálido sol.
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