No. Ningún candidato a las
presidenciales argelinas del próximo día 17 desconoce o puede permitirse el
lujo de ignorar las líneas rojas para entrar en el club de los hombres del
establishment. Todos y cada uno acatan con un respeto religioso las reglas del
juego establecidas por los militares del país.
El candidato Ali Benflis ex
primer ministro de Buteflika no escapa a esta regla ni intenta hacerlo.
Cuando se trata de Marruecos,
presidente saliente (en busca de una presidencia vitalicia) y candidatos recurren
al eterno leitmotiv. Un paso adelante, diez atrás. El disco rallado. Nadie
tiene derecho a superar lo trazado.
Discursos huecos y retórica
repetitiva.
“En la lengua consisten –dijo Miguel
de Cervantes de Saavedra- los mayores daños de la vida humana”.
En su campaña electoral,
sabiendo que la inmensa mayoría de los argelinos aspiran a mejores relaciones
con Marruecos, el ex primer ministro, propulsado de esta función precisamente
por haberse atrevido a desafiar el sistema, ha prometido a sus eventuales votantes
a “poner fin al cierre de las fronteras entre su país y Marruecos, que dura
desde casi 20 años”. No obstante, tampoco esta vez el Sr. Benflis se haya
olvidado de los “peros…” de la política oficial en Argelia: “A condición de
encontrar las soluciones a los problemas bilaterales en torno a las drogas y la
seguridad”.
“Ciertos discursos valen
plata, ciertos silencios valen oro”.
Mismo discurso de los
mandatarios argelinos cuando se trata de evocar esta cuestión.
Desafortunado candidato en el 2004
frente a Abdelaziz Buteflika, Ali Benflis se ha presentado en esta reunión
electoral como un “ferviente” defensor de la integración magrebí… pero a condición
de que no se haga “a expensas del “pueblo” saharaui”.
Si existe un Sahara
Occidental, es porque hay otro Oriental y el Sr. Candidato argelino lo sabe
pertinentemente.
Robindranath Tagore tenia
razón: “Es fácil hablar claro cuando no va a decirse toda la verdad”. Y la
verdad es que los pueblos no se inventan y que ya es de notoriedad pública que Argelia
hace uso a este tipo de terminologías primariamente revolucionarias
exclusivamente para miras hegemónicas y para obstaculizar la marcha de su
vecino del norte.
Los tiempos cambian, algunos no.
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