Tres fracasos en menos de una
semana. Más de un alto cargo de las milicias del Polisario se pregunta ¿Pero
donde están los tutores argelinos?
Tanto ellos como los demás
dirigentes del “Frente” así como sus “instructores” y “proveedores” en ideas
(que en dinero son ellos los que sacan el jugo a la ayuda internacional) se
limitan esta vez a expresar su irritación.
No lo esperaban… O mejor dicho
lo esperaban pero les dijeron que no creyeran sus ojos. Y sus “dichos” son
órdenes e instrucciones. Ellos están acostumbrados a obedecer y a acatar lo que
viene de la ‘Jaima’ argelina, pero atreviéndose a pensar solos han acabado por
comprender que “No abrir el paraguas antes de que llueva”.
Un rey aclamado por su pueblo
en…Dakhla. Un ministro del interior de un país africano (Malí) que reza junto a
él en una mezquita de la perla del Atlántico.
Y como si esto no resultara
“suficiente” la ONU
que se limita a pedir” trabajar sobre las mejoras constatadas” en materia de
derechos humanos.
En vano se ha dilapidado un
considerable fondo del contribuyente argelino. Nigeria y “otros” se han quedado
con el botín sin poder hacer nada… absolutamente nada.
Ni lerdo ni perezoso,
Marruecos ha vuelto a demostrar que es muy difícil profanar el derecho
internacional. Los que intentaron nadar contra la corriente ya lo saben.
Lo dijo el rey Mohamed VI y
así fue: “se deben evitar enfoques parciales”.
Se evitaron…
No hay dos sin tres.
El término “mecanismo de vigilancia”
ha desaparecido. El derecho y la razón se encargaron de borrarlo.
En su informe final sobre el
Sahara, Estados Unidos han comprendido que “no todo es soplar y hacer
botellas”.
La verdad siempre prevalece y
nada la puede eclipsar… continuamente.
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