900 gramos de explosivos fueron, según la Agencia Francesa de prensa
(AFP) que cita una fuente fidedigna, fueron descubiertos en el apartamento de
un recién regresado de Siria, Brahim B. en Mandelieu-la-Napoule, cerca de Canes.
Se trata, según la Dirección central francesa de inteligencia
interior (DCRI) de un “inminente” proyecto de atentado en Francia, desbaratado
casi por pura casualidad.
La DCRI es categórica: Afirma
su certeza de que la pólvora incautada
es un explosivo rudimentario de tipo TATP que puede ser fabricado en domicilio
como el utilizado en el atentado de
Marrakech en el 2011 y como se utiliza, muy a menudo, en los diferentes puntos
de la geografía Siria.
Hasta ahora se trata de una hipótesis, pero con todos los
ingredientes de la certeza, habida cuenta de que, como dijo uno de los
investigadores de este asunto, “al regresar de Siria, esta ‘gente’ volvió
radicalizada, formada y aguerrizada con proyectos terroristas”
“Va a multiplicarse” remató el investigador, quien reveló
que
su servicio ha desbaratado ya tres proyectos de atentado de los
procedentes de Siria, en un alarde de inquietante alarma.
¡Y lo que te queda por rondar morena…! A menos que se
conjuguen los esfuerzos y que se dejen las geometrías variables y los dos pesos
dos medidas. Siria es una bomba reloj. Pero lo peor está por prever, preconocer
y predefinir.
En Francia, que fue/sigue siendo el país que mas armas y logística
ha proporcionado/proporciona a los fundamentalistas en Siria, se han identificado
700 personas que se desplazaron a Siria para este “Yihad” occidentalizado y
occidentalizable.
Cuando se siembra tormentas, se recoge tempestades.
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