POLÍTICA MIGRATORIA/MARRUECOS: EL RECONOCIMIENTO DE PROPIOS Y EXTRAÑOS




El mejor testimonio (o reconocimiento) es el que pueda formular un oponente o un adversario.

 En el caso que nos ocupa, no se trata ni de oponente ni de adversario sino simple y cabalmente una neutra: “la iniciativa marroquí en materia de inmigración es algo único en la región. Ningún otro país de África del Norte procede a la regularización tanto de los emigrantes como de los refugiados”. Palabras de Ursula Schulze Aboubakar, Representante en funciones de la Alta Comisión de Naciones Unidas para los Refugiados (ACR) la cual se refería a la regularización de unas 600 personas.


Debido a la difícil, cuando no peligrosa coyuntura regional e internacional marcada por un terrorismo devastador y por la escasez y hambrunas que crean condiciones a menudo inaceptables para los países huéspedes, el proceso es lento aunque seguro e incluso ineluctable.

“Es realmente una buena cosa – preciso la señora Abubakar-  y es un primer paso en espera de la puesta en pie de una legislación sobre el asilo y los refugiados”.


Según las últimas cifras de la ACR en Rabat, el numero de las solicitudes de asilo en Marruecos desde el primero del mes en curso ha alcanzado 4 171 demandas, de ellos 1 958 demandas hechas por las mujeres y 771 concernientes a los niños.


Loables esfuerzos de Marruecos que obra de este modo sin miras expansionistas ni proyectos de sabotajes y de atentados de todo tipo contra sus vecinos. Acoge pero ni arma ni teledirige a sus huéspedes contra nadie. Sin campamentos, ni instructores militares ni tutela ni blancos o dianas estratégicas.


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