Era el martes pasado: Un diputado del partido de Justicia
y Desarrollo (PJD) que dirige actualmente la mayoría gubernamental lanzó en el
parlamento graves acusaciones contra algunos ministros en, acusándolos, sin
nombrarlos, de “recibir gratificaciones (sobornos) de los lobbys de
laboratorios farmacéuticos para evitar la baja de los precios de los
medicamentos”.
¡Inconcebible!
Como era de esperar las acusaciones del diputado
islamista contra los “suyos” ha armado la de ‘San Quintín’ hasta el punto
(aunque aparentemente se trataba de una simple politización del grave asunto)
de que algunos diputados han exigido la apertura de una investigación
parlamentaria al respecto.
Se preguntarán Ustedes ¿Y qué paso luego? Pues nada o…
casi nada, como siempre cuando “alguien” plantea una cuestión de una
importancia capital para los martirizados marroquíes, objeto de mil y un abuso,
a menudo, impune como es el precio de los medicamentos, un auténtico atentado
contra el poder adquisitivo de los marroquíes, cuando no contra sus propias
vidas.
El asunto es extremadamente grave y alguien, que haya incluido en su programa electoral o no la lucha
contra la depravación, debe aclarar a los marroquíes los pormenores de la
acusación del diputado pedeyista y las medidas tomadas o por tomar para
contrarrestar tan gravísima lacra.
…O casi, porque el titular de Sanidad dijo ante los
diputados de la nación que su papel no es “cazar las brujas, sino reformar el
sector a fin de facilitar el acceso de los marroquíes a los cuidados médicos”.
¡Ah si, y como!
De hecho ¿Quién debe explicarnos algo al respecto? ¿Quién
se “atrevería a darnos más detalles sobre el llamado “asunto de las vacunas” en
la época de la predecesora del actual ministro.
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