EMPLEO
FEMENINO EN MARRUECOS :
NI TANTO NI TAN CALVO
A pesar de una emancipación en
el curso de los últimos años esbozada legítimamente a bombo y platillo,
especialmente su acceso a los derechos civiles y sociales, la mujer marroquí,
como el resto de sus homólogas árabes y musulmanas sigue siendo objeto de precariead,
sub-empleo y trabajo poco cualificado.
Según una nota de síntesis de
la controvertida Alta Comisaría para el Plan (HCP), sobre una población activa
ocupada de 10 400 000 en el 2010, solo 2 800 000 mujeres
trabajaban, lo que representa una tasa de feminización del empleo de orden del
27% a nivel nacional y el 81% a nivel rural son analfabetas mientras que 3
mujeres activas ocupadas sobre 4 no poseen diploma alguno.
A finales del 2012 cerca de 2 300 000
mujeres marroquíes tenían edad de trabajar (entre 15 años o más), lo que
equivale a una progresión del 27’7% en relación al año 2000, siendo el estado
matrimonial uno de los factores esenciales e incluso determinantes, junto a la
edad en la búsqueda de un empleo femenino en Marruecos: La tasa de actividad de
las mujeres contratadas es de 24% frente al 30% para las solteras de 15 años, alcanzando
en el medio urbano el 46% para las solteras de 25 años o más.
Habida cuenta de las nuevas condiciones
de vida que las obliga a trabajar para sufragar sus necesidades, entre las
casadas rurales, la tasa de actividad es cuatro veces más elevada, sobre todo
las divorciadas que sus homólogas urbanas. No obstante su descalificación constituye
un obstáculo ante su integración en el mercado de trabajo. El estudio de la HCP que sitúa en un 5’5% las mujeres
titulares de diplomas superiores en Marruecos, señala que su tasa de actividad es
la más elevada.
La educación de los hijos,
especialmente de corta edad constituye muy a menudo un motivo de la ausencia de
la mujer del mercado de trabajo, disminuyéndose en el medio urbano hasta
alcanzar un 22’5% para la mujer sin hijos y un 7’4% para la que tiene tres o más
hijos.
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