El patético testimonio de unos dos minutos ha conmovido a
propios y extraños… más extraños que propios porque la Alta Comisaría para los
Refugiados en los campamentos de Tinduf
se ha mostrado insensible ante este tipo de calvarios y martirios: Una mujer
saharaui cuenta en el micrófono de la Televisión Regional
de Layun como fue objeto de un hostigamiento sexual por parte del eterno
“ministro” de defensa del Polisario (lo es desde 1980), el argelino Mohamed
Lamiun Ould Bouhali y ha pedido a la
HCR distribuir directamente las ayudas a la población de los
campamentos.
Viuda, con cinco hijos y, como la inmensa mayoría de la
población de los campamentos de Tinduf, sin recursos e impotente cuando se
trata de conseguirlos, la mujer se dejó convencer de recurrir a la cúpula
polisarista en busca de una pequeña ayuda a su numerosa familia.
Una vez ante el “ministro” Ould Buhali ha tenido que
defenderse a capa y espada para escapar, como lo contó ella, “defender mi honor
aunque conservo aún traumatismos psicológicos”.
Pan a cambio de actos sexuales: Tinduf y su deporte
“nacional”.
Mas grave aun: Ella no es un caso aislado: El asedio
sexual en los campamentos de Tinduf es un secreto de Polichinela. Los miembros
de la dirección del Polisario viven de ello y la población de los campamentos,
especialmente las mujeres debe mostrar cierta “abnegación” por sus
“sacrificios”.
La mujer testigo de Layun TV ha evocado asimismo la
sistemática malversación de las ayudas hacia mercados en Mauritania o el en el
Norte de Malí. Una reivindicación compartida por la abrumadora mayoria de la
población de los campamentos de Tinduf pero nunca (o por lo menos hasta ahora) satisfecha por la HCR a pesar de que el propio
Mohamed Bouhali e incluso el padre de Khadija Hamdi, la esposa argelina del
“presidente” vitalicio, Mohazmed Abdelaziz poseen tiendas de venta de productos
alimentarios, destinados como ayuda internacional a los refugiadizados.
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