Puede que el número: 103 000
aparezca ínfimo. Lo es, en un estado normal de relaciones bilaterales, que no
es y no debiera ser, el caso entre Argelia y Marruecos.
103 turistas argelinos
visitaron Marruecos durante el 2013. Un alza del 22% en relación al 2011. En el
2012 eran 90 000. Casablanca ha recibido durante este año unas 75.582
visitas de los argelinos seguida de Fez, Marrakech y Agadir. No cabe duda: El
descubrimiento del verdadero Marruecos suscita un creciente entusiasmo en el
mercado turístico argelino convirtiéndose el Reino en el segundo mejor destino
de los argelinos después de Egipto.
Una buena noticia para los que preconizan la distensión
entre los dos vecinos y una buena noticia porque constituye lo que podríamos
llamar la diplomacia turística o el turismo diplomático.
El destino Marruecos seduce,
cada vez más a los argelinos, lo que constituye en si mismo un indicio del
deseo de los dos pueblos de dejar de vivir de espaldas.
Lo que destruye la política lo
vuelve a construir…en pequeñas partes, el turismo, la cultura y la religión.
Los 103 000 argelinos que
visitaron Marruecos el año pasado han vuelto a su país, al cabo de su estancia
en Marruecos con las verdaderas impresiones de la voluntad popular marroquí de
vivir en paz, en concordia y en una ejemplar convivencia por el bien propio y
de la región. Se llevaron la impresión de que en este país todos anhelamos a
vivir en una perfecta armonía, recuperando el tiempo perdido en discrepancias
huecas y en conflictos inútiles, sin hablar ni contemplar serena y seriamente
la manera de zanjar las divergencias o a falta de lo cual paliar su amplitud y
su impacto sobre el bienestar de nuestros respectivos pueblos.
Atreverse a ser realistas... a hablar de lo que nos separa que es infinitamente menos de lo que nos une y... decidir dialogar y negociar.
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