« Da’ich » y los cristianos irakíes La extraña “generosidad” de Francia



Todo apunta hacia la más que posibilidad de que Francia no está dispuesta a dejar  de sorprendernos por sus decisiones respecto al mundo árabe y sus problemas a los que ha contribuido “eficazmente” a crear.
 La jeune fille tient une pancarte sur laquelle on peut lire: «Je suis une Irakienne, je suis une chrétienne», le 20 juillet devant l'église de Mar Girgis à Bagdad. Les chrétiens de Mossoul ont reçu le soutien d'autres communautés à travers le pays.


 Niña cristiana con una pancarta que dice: "Soy irakí. Soy cristiana".



Después de enviar infructuosamente armas, municiones, instructores militares  y todo tipo de ayudas y apoyos para desestabilizar a Siria, creando monstruos como “Daich” o “Estado islámico en Irak y Levante” e impulsando la nefasta acción terrorista de Al Qaida hasta alcanzar hoy por hoy Libia, Túnez y otros países del mundo árabe, Francia anuncia estar dispuesta a… no hace lo mismo para contrarrestar al autor del crimen y de la persecución, sino simple e irracionalmente a “favorecer la acogida de los cristianaos de Irak, victimas de ‘persecuciones’ de los ‘yihadistas’” que ella misma ha contribuido a su creación y desarrollo (eso lo decimos nosotros).
O sea: ¡Otros refugiados palestinos! Esta vez irakies. En vez de buscar, como se ha buscado a base de miles de millones de euros o de dólares, derrocar al régimen sirio, lo que se debe hacer es poner término a esta comedia terrorista que ya ha durado, gracias a Francia y otros países occidentales, más de lo suficiente.
Los cristianos de Irak son irakíes y así lo manifiestan lacónica y constantemente. Deben regresar a sus hogares, junto a sus hermanos musulmanes y para ello no hay más que una solución: en vez de terminar el “trabajo” del EIIL, desembarazándolo de un problema al que no puede hacer frente ni moral ni bélica ni políticamente, se debe ayudar a estos hermanos cristianos a volver a sus tierras, a recuperar sus bienes y sobre todo…sobre todo, a recuperar su dignidad perdida entre las persecuciones del EIIL y la complicidad de Francia y de otros.

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