Buenos días Marruecos 76 días sin gobierno







Lo anunciamos ayer: “Por instrucciones reales” del rey Mohamed VI, los consejeros reales, Abdellatif Mannouni y Omar Kabbaj se reunieron ayer (sábado 24/12) con el Jefe del gobierno designado Abdelilah Benkiran en la sede de la jefatura del gobierno.

Un comunicado del gabinete real se limitaba ayer mismo a indicar que los dos consejeros reales transmitieron al jefe del gobierno designado “la preocupación de S.M el Rey de ver el nuevo gobierno formarse lo antes posible” y sus “deseos y de todos los marroquíes respecto a la formación del nuevo gobierno”.
Inmediatamente después de conocerse la noticia de la reunión, los politólogos y los que lo son menos han comenzado a barajar soluciones… sus soluciones.
Lo cierto es que, con esta iniciativa del soberano, el bloqueo debe comenzar a moverse.
La reunión de ayer era la primera de su género en un momento en que las consultas para la formación del futuro gobierno se encuentran en un inamovible atolladero. Lo único que ha trascendido hasta ahora y no es mucho fue una declaración del propio Benkiran el domingo pasado durante una reunión interna de su partido (PJD) en la que expresaba su oposición a solicitar una intervención del rey para no “comprometer al Jefe del estado y para colocar a los partidos políticos ante sus responsabilidades”.
De hecho los principales protagonistas del actual callejón sin salida son, contrariamente a lo que afirman y reafirman los que desconocen los usos y costumbres partidistas, el PJD y la RNI puesto que no son sus líderes, sino sus instancias superiores (secretaria general para el partido de la lámpara) quien deciden las alianzas.
Los observadores en Rabat esperan ahora un deshielo bajo forma de compromiso de los dos partidos (PJD y RNI) en torno a la participación o no del Istiklal en el futuro gobierno porque la otra alternativa: el retorno a las urnas seria más que complicado para Marruecos enfrentado a más de un desafío.

Lo justo sería, por ahora, no hacer pronósticos, formulando los voitos de que, por el bien general, prevalezca el sentido común.

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