Marroquíes y españoles: Razones y suposiciones Por: Mokhtar Gharbi.- periodista.libre46@gmail.com




Son dos pilares basados en resaltar algunos de los aspectos que marcan estas relaciones, las hispanomarroquies, crear argumentos y comunicación, basados sobre respeto, entendimiento y diálogo continuo y tocar los rasgos de alejamiento para acercarlas y de acercamiento para reforzarlas.
Estamos conscientes de que los dos pueblos, español y marroquí, son condenados a entenderse, convivir y afrontar las dificultades y los retos para construir unas relaciones reinadas por el respeto, consideración y cooperación fructífera. Para estos fines, debemos pensar en crear una herramienta que nos permite  llegar a nuestros objetivos y metas.
Las razones de las posturas perturbadoras en España hacia Marruecos y el pueblo marroquí se basan en la  falta de atención y negligencia de nuestra parte, nosotros los marroquíes, a todos los niveles, en comunicarnos con la otra parte. Nuestro sufrimiento con los españoles es producto de no considerar esta razón. Por consiguiente, nosotros, oficial, popular y periodísticamente no hacemos ningún esfuerzo para afrontarla como es debido.   
Hace unas semanas un instituto español especializado, publicó los resultados de una encuesta sobre la visión de los españoles hacia Marruecos como Estado y los marroquíes como pueblo, los resultados han sido chocantes:
 Para los españoles (los marroquíes son enemigos, Marruecos es un país violento de una ideología islámica y la comunidad marroquí en España es un peligro para los españoles). Sin duda, no se descarta la responsabilidad de  los organismos oficiales marroquíes en este penoso tema y fenómeno, pero, también no se descarta la responsabilidad de los medios de comunicación españoles, simplemente porque los españoles se basan en la realidad sobre lo que reciben a través los medios de comunicación, y no necesariamente como son los marroquíes. Esta multitud de medios viene de varios factores, de los cuales, factores que hemos fabricado nosotros mismos por nuestra negligencia y nuestra deficiencia.
Imagínense si restamos una pequeña parte de los millones de euros destinados a defender Marruecos y su causa nacional y destinarlos a presentar la imagen de Marruecos y marroquíes, la verdadera imagen, a los españoles, sus instituciones y su prensa, seguro que esto cambiará mucho o notablemente la imagen actual como distorsionada y confusa en este país, amigo, vecino y de historia común.
En este panorama, casi traumático y dramático, y para entendernos y respetarnos, debemos destruir esta barrera psicológica,  mediática, cultural, social, e histórica que hace obstaculizar nuestros pasos, o bien dicho, nuestros sueños.
                                     



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