Esglobal Vertederos: la otra cara del consumo Carlos Campillos Martínez



La gestión de residuos sólidos, una prioridad urgente.
Mucho se ha hablado últimamente de la aprobación por parte de la comunidad internacional de losObjetivos de Desarrollo Sostenible el pasado año. Estas metas que nos hemos marcado entre todos para mejorar la situación de sociedades a lo largo y ancho del mundo y del planeta en sí han generadoconsiderable optimismo y una buena dosis de esperanza.
Sin embargo, estas imágenes dejan ver la otra cara del desarrollo y el consumo. Una cara menos amable que la que se nos presenta cuando se habla de las cadenas de valor mundiales, pero sin duda una que está siempre presente al final del proceso de producción y comercio. La gestión de los residuos es particularmente deficiente en los países menos desarrollados, pero también en aquéllos que se consideran emergentes. Un informe de McKinsey&Co demuestra la importancia de la correcta regulación de estas actividades y alerta de sus consecuencias para el desarrollo económico. Aquí está el lado oscuro del consumo.
Vertedero municipal de Bishkek (Bishkek, Kirguistán). 7.500.000 toneladas de residuos.
La capital de Kirguistán, Bishkek, ha superado ya el millón de habitantes y gran parte de ellos viven en suburbios que presentan condiciones infrahumanas. No se sabe con certeza cuántos kirguises residen en estos barrios marginales debido a la dificultad de recoger datos censales.
Pese a la falta de cifras exactas, sí que existe una certeza: el tratamiento de residuos es deficiente. El ejemplo más claro es el vertedero de Bishkek, en el que se acumulan los residuos de una ciudad que no deja de crecer y que carece de los medios para tratar estos desperdicios de una forma salubre y sostenible.
En el caso de Bishkek, su situación en Asia Central ha favorecido la atracción de inversiones públicas de instituciones internacionales, especialmente por parte de la Unión Europea, lo que le ha convertido en uno de los vertederos de esta lista que más proyectos e inversiones ha recibido para la mejora de sus condiciones. En 2010, la Comisión Europea aprobó dos ayudas por una suma de alrededor de 8 millones de euros para la inversión en infraestructuras que mejoraran la recolección de basura y el tratamiento de residuos de acuerdo a los estándares de la UE. En 2013, el Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo presentó un proyecto alternativo que era parte de una inversión internacional que sumaba la cantidad de 22 millones de euros. En 2015, se amplió con un presupuesto de 600.000 euros adicionales. El impacto real de estas iniciativas todavía no se conoce.

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