Esglobal Vertederos: la otra cara del consumo Carlos Campillos Martínez

Numerosos animales se alimentan de la basura de este vertedero dominicano.


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La gestión de residuos sólidos, una prioridad urgente.
Mucho se ha hablado últimamente de la aprobación por parte de la comunidad internacional de losObjetivos de Desarrollo Sostenible el pasado año. Estas metas que nos hemos marcado entre todos para mejorar la situación de sociedades a lo largo y ancho del mundo y del planeta en sí han generadoconsiderable optimismo y una buena dosis de esperanza.
Sin embargo, estas imágenes dejan ver la otra cara del desarrollo y el consumo. Una cara menos amable que la que se nos presenta cuando se habla de las cadenas de valor mundiales, pero sin duda una que está siempre presente al final del proceso de producción y comercio. La gestión de los residuos es particularmente deficiente en los países menos desarrollados, pero también en aquéllos que se consideran emergentes. Un informe de McKinsey&Co demuestra la importancia de la correcta regulación de estas actividades y alerta de sus consecuencias para el desarrollo económico. Aquí está el lado oscuro del consumo.
La Isla de Basura. 100.000.000 toneladas de residuos.
Mucho se ha hablado de la existencia de una isla en el Pacífico Norte que sería del tamaño de Texas, la llamada Isla de Basura o Great Pacific Garbage Patch por su nombre en inglés, descubierta supuestamente en 1997. Esta isla se habría formado supuestamente debido a la acción de las diferentes corrientes marinas que actúan en el norte del Océano Pacífico. Los desperdicios, mayoritariamente de plástico, que llegan al océano desde Asia Oriental y Norteamérica, se arremolinarían debido a estas corrientes llegando a formar una verdadera isla de plástico apreciable a simple vista.
Sin embargo, numerosos estudios se llevaron a cabo y desmintieron esa creencia. Pese a ello, el riesgo continúa siendo real. Según National Geographic existen dos ‘islas’ que son realmente aglomeraciones de desechos, una en la zona oriental y otra en la occidental del Pacífico Norte. Los residuos de una y otra se mueven debido a las corrientes marinas y crean una espiral de basura que abarca toda la zona septentrional del océano.
El mito de la gran Isla de Basura se convirtió en el símbolo de una degradación innegable que sufren nuestros océanos en todos los puntos del planeta. Un estudio publicado en 2015 en la revista Sciencealertaba de que el nivel de desechos plásticos que los estados litorales vierten a los mares no para de incrementarse, alcanzando hasta 13 millones de toneladas sólo en el año 2010. Es más, la predicción que el mismo estudio se atreve a lanzar para 2025 es escalofriante, con una proporción de 10 bolsas de plástico por cada 0,3 metros de costa. Esto tiene un impacto devastador en la biodiversidad y las condiciones ambientales de nuestros océanos. Por suerte, se han puesto en marcha iniciativas públicas y privadas para la limpieza de esos residuos con resultados esperanzadores.

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