Siria: Nuestro “amigo” Poutine

En la política como en la gastronomía nada es más difícil o arriesgado que estar entre la espada y la pared. Dos soluciones, la menos grave, es dolorosa. El mandatario sirio, Bachar Al Assad está en esta situación. Los que le conocen a fondo no dudan en afirmar de que hubiera preferido una situación  inversa: Estados Unidos, sus aliados y sus satélites a favor y Rusia en contra. ¿Hubiera podido ser más confortable? Nadie sabe, pero lo que todo el mundo sabe es que hubiese podido ser clara y explícita.
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Rusia ha venido a Rusia para hacer el negocio del siglo y quizás de la vida y lo ha hecho o espera concluirlo dentro de poco: no es igual combatir a los independentistas chechenos en Chechenia como en Siria. Desde hace tiempo, más exactamente desde el comienzo del conflicto sirio y, a todas luces para rato Grozni está tranquila…  No así Damasco, ni Alepo, Ni Qadissia ni…. Su rebelión islamista ha sido descabezada en Siria donde más de 2500 combatientes chechenos han sido matados por la aviación  y la artillería rusas. Resulta, cuando menos increíble creer en la, absolutamente genial operación de los servicios secretos rusos de acosar (facilitar) la permutación de la rebeldía desde Chechenia hacia Siria, con, evidentemente la infiltración de los postulantes al “yihad” en Siria. Luego todo era fácil: el mando ruso en la capital rusa y en las periferias norte de Alepo sabían con exactitud donde estaban los comandos chechenos. De tal modo que, solo en el mes de febrero y marzo se había cumplido debidamente la operación “Chechenia”: Más de 2000 combatientes islamistas cosacos fueron hechos matados en circunstancias dignas de un filme de Rambo..
“Misión cumplida”. Chechenia se queda sin su amenaza secesionista, gracias a Siria y a su presidente o más exactamente gracias a la miopía estratégica de Estados Unidos y los suyos.
Poutine es infinitamente más listo de lo que muchos creen e infinitamente menos pacifico o pacifista de lo que aparenta.

Pero… y esta es la liebre que saltará dentro de poco, con Bachar Al Assad habrán sorpresas aun que la inmensa mayoría no lo pueda creer.

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