Hoy “Buenos días Marruecos” va a ser "Buenos dias España". Vamos a tener que hablar de un tema no 100% marroquí aunque si debe interesar casi
prioritariamente a nuestro país: Las elecciones generales ayer en la vecina España.
Una victoria con temática de derrota para la derecha. Misión un poco más que imposible
para Mariano Rajoy y su partido Popular: Si su partido ha llegado ayer en las
elecciones generales primero con 28’7% de los votos, y 123 diputados, este
resultado, según los observadores en Madrid es dramático para él y para el PP. Pierde
más de 3 600 000 electores y63 escaños en comparación con los comicios
legislativos del 2011, ganadas entonces con 44’6% de los votos y la mayoría absoluta
en el Parlamento.
Lo tiene muy difícil, tanto más que va a
encontrar todas las dificultades del mundo para encontrar apoyos de otras
fuerzas políticas españolas, debido, esencialmente a los escándalos de corrupción
de su partido y a la política de austeridad llevada a cabo estos últimos anos.
Por el lado socialista, Pedro Sánchez tampoco
se ha mostrado muy satisfecho. Con 22% de los votos y 90 diputados, el PSOE
realiza el peor resultado de su historia, perdiendo 20 escaños y cerca de 1 500 000
votos.
A pesar de lo cual en Madrid nadie ignora que
desde hoy, el PSOE va discretamente a intentar formar una alianza susceptible
de apoyar un gobierno de izquierda, especialmente con Podemos y la Izquierda
Unida y asimismo con los nacionalistas vascos y los regionalistas canarios.
En síntesis nada está hecho aun y las próximas
semanas, incluso meses, deben conocer intensas negociaciones para encontrar una
solución a este crucigrama y evitar otras elecciones en Primavera.
En este contexto, el gran vencedor de las elección
es generales de ayer en España es, incontestablemente, Podemos, un partido
nacido en 2014, que obtuvo 20’6% de los votos y 69 diputados de la sociedad
civil, casi todos sin experiencia en la vida política.
“Este país ha cambiado, ya nunca más será el
mismo”, dijo Pablo Iglesias ante el Museo Reina Sofía donde había convocado a
sus electores para festejar la “victoria”.
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