Lucha anti-terrorista: Cuando la competencia se convierte en inquietud

Todo el mundo lo sabe. Unos más que otros, otros menos que unos. Todo el mundo sabe que todas las prudencias del mundo son insuficientes contra el terrorismo.

 bruxelles

Lo decimos aunque lo hemos dicho antes y de diferentes maneras y con diversos tonos. Esta vez vuelve a repetirse la misma imprudencia para no llamarla con su verdadero nombre que es “metedura de pata”.
Esta es la noticia en las portadas de la prensa marroquí electrónica, especialmente la francófona: Después de los atentados de Paris, el gobierno belga ha pedido a Maruecos una estrecha y avanzada colaboración en materia de información y de seguridad.
Lo se. Lo dice un comunicado oficial del ministerio del interior.
La prensa habla también de sendas entrevistas telefónicas de los directores generales de la DGST y la DGED con sus homólogos belgas a este respecto.
¿Por qué lo hace Bélgica cuya capital está paralizada por pertrechos militares? ¿Y Por qué solicita la cooperación de Marruecos?
No seria ninguna redundancia repetirlo: la competencia de nuestros servicios de seguridad es de notoriedad publica y muchos países europeos solicita su colaboración. Lo que no quiere ni debe ser materia para publicación ni para revelación. A falta de lo cual podría exponer la vida de los ciudadanos a una amenaza y a un peligro absolutamente inútiles. Y es que la eficacia y la alta preparación de los efectivos marroquíes en materia anti-terrorista han ganado la admiración de los extraños antes de los propios. Todos lo sabemos y a todos… o casi todos nos hubiera gustado que la cooperación bilateral o multilateral de estos servicios con sus homólogos árabes, europeos o americanos se quede como debía ser: del dominio privado y secreto a fin de no implicar a los indefensos ciudadanos muy a menudo victimas de las atrocidades terroristas y los marroquíes lo sabemos más que muchos.

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