El asunto cultural, educativo y lingüístico en las relaciones hispanomarroquies Por: Mokhtar Gharbi


https://thumbp5-ir2.mail.yahoo.com/tn?sid=2052629440&mid=AJQJDNkAABRHVdYgtATOeBUPK10&midoffset=2_0_0_1_2030732&partid=3&f=1728&fid=Inbox&m=ThumbnailService      Los asuntos de la cultura, educación y lengua, son un elemento esencial y básico en las relaciones bilaterales entre los dos países, España y Marruecos. Es un tema que cuesta a España cantidades significativas de dinero y una multitud de recursos humanos competentes. Lamentablemente, Marruecos no hace ningún esfuerzo, en este sentido, donde la política oficial y las representaciones diplomáticas, embajadas y consulados, carecen de cualquier estrategia en este ámbito y no crean ningunas iniciativas para crear centros culturales y educativos en España y en otros países, al contario a los españoles quienes buscan y investigan en nuestro legado cultural, social y artístico,  así como la subvención de estudios en varios ámbitos. 

     La misma negligencia se nota en el lado comunicativo con la otra orilla, lo que crea a Marruecos algunos enfrentamientos con la prensa española, algunas figuras y asociaciones, provocando contra los marroquíes  todo tipo de  falacias y mentiras, insultos y malas actitudes, además  de la distorsión de las opiniones sobre nuestros asuntos vitales.
     Entre los importantes expedientes, además de los políticos y económicos,  que han sido eje de los encuentros de los responsables de los dos países, durante la visita oficial del anterior monarca, Juan Carlos,  a Marruecos hace dos años, julio 2013, la cuestión de la cultura y de la educación, que se basa sobre el asunto lingüístico esencialmente.
     La importancia de la  estrecha cooperación en el campo universitario que une los dos países, que han comprometido a ampliar los objetivos comunes para el conocimiento, la ciencia y las renovables ideas,  contribuyen en el desarrollo económico y social en los dos lados del estrecho, con una firma meta de crear una red universitaria hispanomarroqui, para convertirse en una verdadera referencia  de cooperación entre las dos regiones.

     Sin lugar a dudas, con la cercanía y la amistad, los jóvenes marroquíes y españoles, son invitados a aprovechar de varias ocasiones existentes en muchos ámbitos de cooperación, sobre todo por la existencia de la amplia red educativa española de los centros de Cervantes, donde unos 20.000 marroquíes siguen sus estudios, a saber que es la segunda red al nivel mundial después de Brasil. Sin olvidar el número de los hispanófonos que superan los cinco millones y unas mil empresas españolas y diez mil españoles que trabajan en Marruecos en diferentes sectores.

     Lo que hace España para difundir su lengua, su cultura y  su modo de vida, no puede ser comparado con el total abandono de nuestra parte en aquellos ámbitos y sectores, entre las cuales el cuidado y la atención que se debe ser prestada a los ciudadanos marroquíes y sus hijos en España. En caso de negligencia esto supone la pérdida de la lengua; la cultura y la religión, tal vez la pérdida de la identificación. Están expresando su esperanza para presentarles y recibir la ayuda y el apoyo en materia de educación para conservar sus valores y salvar sus hijos. 

      Marruecos y España les unen la historia y la geografía; lo que les obliga a establecer y tejer relaciones cstablecer y tejer relaciones nen la historia y la geografia; hijos en Espl españolesaracterizadas por la cooperación en todos los campos,  entre los cuales la formación de planes culturales al servicio de los dos pueblos vecinos y amigos y renunciar los prejuicios y estereotipos entre ellos. Esto encuentra su base en que este campo se considera un capital rico que incluye los sectores de la creación artística,  literaria, educativa, y también  el intercambio cultural, científico y académico.

     Por todo lo dicho anteriormente, y pese de los datos relacionados con este tema, existe una especie de desenfoque para comprender la realidad entre los dos países y pueblos. Por esto, es entre las tareas de cooperación y vínculos culturales, participar y contribuir en el desarrollo de los rols asignados a las instituciones para reforzar las relaciones bilaterales. 

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