Diario de un elector: Por ello, la tasa de participación es una obsesión

A un poco más de una semana del escrutinio comunal y regional, aceleración (en todos sentidos) de la competición electoral. El modo de escrutinio, las nuevas tecnologías y los intereses personales así como extraños “advenimientos” como el anuncio, en estas delicadas 
 Police
circunstancias de los resultados de los últimos comicios para las cámaras profesionales, lo que constituye en si mismo una implicación en la campaña electoral impulsan la rivalidad entre los diferentes candidatos y los diversos partidos políticos hasta el punto de puñetazo libres. La campaña electoral esta maculada de sangre como en Casablanca con 27 heridos, algunos de ellos graves y en muchas otras ciudades, donde la intervención de la policía ha evitado en más de una ocasión masacres “electorales”.
La actual campaña electoral da lugar, efectivamente, como lo señala hoy “Le360”, citando al diario “Akhbar al-Yawm”, a nuevos fenómenos sobre, esencialmente el lado jurídico, la ética electoral y las nuevas tecnologías de comunicación.
De esta forma, partidos y sus candidatos se dedican a una verdadera batalla tanto en las ciudades como en el campo con el único objetivo de adjudicarse el escrutinio en sus circunscripciones.
Las novedades jurídicas introducidas recientemente en las leyes que rigen las elecciones, especialmente las relativas a la constitución de las oficinas de voto, han participado en avivar la competición electoral hasta el punto de lo ilegitimo e ilegal.
Signo de poca transparencia (o ninguna) la mayoría de los partidos políticos en estos comicios han esperado el ultimo día y el ultimo minuto para presentar a sus candidatos por temor de trashumancia.
Según todos los indicios las elecciones del 4 de septiembre próximo están batiendo todos los pluses marcas de inmunidad y desafíos a la ley, a las bases de la democracia y a la deontología electora y también y sobre todo de violencia política.
La inmensa mayoría de los candidatos y su delictiva manera de actuar no honoran no a las elecciones ni a la política ni al país.
El mundo virtual se ha convertido en otro campo de batalla electoral. Mientras unos apostaban por el efecto del modo, la tendencia se prosigue y parece implantarse duraderamente en Marruecos. Las redes sociales han sido tomadas muy en serio por los políticos (partidos), con “inversiones” millonarias (en dirhams). Los candidatos poseen pues un arma para hacerse escuchar pero hacen uso de ella de manera a menudo incorrecta e ilegal.
Otro nuevo fenómeno que acaba de irrumpir en  la escena electoral marroquí: la aparición de canciones de capsulas audiovisuales. El ejemplo más elocuente a este respecto es del PJD que ha sacado su canción popular “Rouah, Rouah, Sawet w rtah” (ven, ven, vota y quédate tranquilo).
Por su parte la RNI ha seguido los pasos del partido de la Lámpara, en una canción que insta a los marroquíes a votar por el partido de la Paloma.
A pesar de todo, la tasa de participación sigue y va cobrando dimensiones literalmente inquietantes. El comportamiento de algunos partidos y, como hemos dicho antes, los extraños “advenimientos”  no pueden impulsar a los marroquíes a votar ni a interesarse por estas elecciones ni por cualesquiera que les pareciera.

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