De “EsGlobal: Cinco guerras por procuración: Libia, la contrarrevolución de la Primavera Árabe



El caos que ha seguido a la caída de Muamar Gadafi en Libia demuestra otra cara del enfrentamiento en el mundo musulmán. Aquí no se trata de la rivalidad sectaria entre chiíes y suníes, la mayoría de libios profesan esta última rama del islam.
 Soldados paquistaníes hacen maniobra militares cerca de su frontera con India. S.S. MIRZA/AFP/Getty Images
En principio, se trata de un conflicto entre varias facciones: el gobierno de Tobruk (el internacionalmente reconocido), Amanecer Libio (una coalición de islamistas apoyados por los Hermanos Musulmanes), los salafistas de Ansar al Sharia, la rama del Estado Islámico en el país, y los tuaregs.
Pero más allá de este escenario inicial, y tal y como apunta Oxford Research Group, en Libia se está disputando una lucha entre los Estados que apoyan a los Hermanos Musulmanes y su visión de un islamismo político (Turquía y Qatar), y los países que quieren limitar los movimientos surgidos tras la Primavera Árabe y defiende el orden tradicional en el mundo árabe (Egipto, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí en un papel secundario respaldan al gobierno internacionalmente reconocido).
La implicación de potencias extranjeras llamó la atención en agosto de 2014, cuando aviones de Egipto y Emiratos Árabes Unidos (EAU) bombardearon el aeropuerto de Trípoli que había caído en manos de Amanecer Libio. Por su parte, Qatar, Turquía y Sudán sólo reconocen prestar apoyo financiero. Aunque varios barcos han sido interceptados transportando armas desde puertos turcos hacia Libia.

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