Mundo árabe la democracia: La legítima decepción




Este mediodía escribíamos aquí en « Conacentomarroqui » que la inmensa mayoría de los jóvenes árabes estima que  “la democracia no podrá nunca funcionar en la región”.
https://thumbp5-ir2.mail.yahoo.com/tn?sid=2052629440&mid=AO5EfbwAABMtVTctqg0AINedByk&midoffset=2_0_0_6_61736&partid=2&f=1728&fid=%2540B%2540Bulk&m=ThumbnailService
 Caricatura Hisham Toor
(La "Kufia" simbolo palestino se usa para lo que no se debe)

Dijimos que la mayoría de los 200 millones de jóvenes de la región responden negativamente, revela Et Arab Youth Survey 2015, un estudio realzado anualmente desde hace 7 años por la consultora Asda’a Burson en colaboración con la agencia internacional Burson-Marsteller y la oficina de investigación americana Penn Schoen Berland.
Efectivamente, la confianza en un cambio positivo suscitado por la llamada “primavera árabe” se ha apagado. Mientras que en el 2012, el 72% de los árabes esperaba una mayor democracia en sus respectivos países, actualmente, esta proporción es de 38%, revela este estudio efectuado en 6 países de la región, entre ellos Marruecos.
El estudio que no se refiere de manera clara ni explicita a las verdaderas causas de esta “decepción juvenil” y de, señalémoslo en voz alta, de todas las clases sociales árabes, trata, como siempre de insinuar causas internas sin evocar las principales que son externas: la servidumbre de la casi totalidad de los regimenes árabes a patencias occidentales, especialmente estados Unidos que siguen lejos…muy lejos de desear el bien para el mundo árabe,  la geometría variable de estas potencias que califican a los más represivos y descalifica a los que no se dejan someter a sus intereses estratégicos en la región.
La juventud árabe ve lo que pasa en el mundo árabe y ve también las notas y las calificaciones de Occidente a los diferentes países árabes.
Efectivamente la esperanza nacida de manera precipitada e improvisada con la llamada “primavera árabe” se fue apagando con el descubrimiento de los árabes de los verdaderos protagonistas de esta primavera, sus objetivos y sobre todo, sobre todo sus resultados en los diferentes países árabes.
Recomendémoslo de nuevo:
La llamada “Primavera árabe” comenzó en Túnez, no contagiando a Egipto hasta terminar en Túnez, no llegando a Libia hasta terminar en Egipto y no se presento en Siria hasta terminar en Libia.
Todo estaba programado por “alguien”…
¿Por quién?
Por el mismo que ha estado ensayando y fracasando en todo: Al ser frenada su “primavera” en Siria se ha recorrido a una “solución de recambio” que se llama Dae’sh que existía desde la época de la ocupación americana de Irak, pero que no fue funcionada hasta las dificultades en Siria.
Por el mismo que ha tratado de hacer del Golfo, el más democrático, más civilizado, más moderno, más americano y más fuerte del mundo árabe.
Por el mismo que ha ensayado los Hermanos Musulmanes en Egipto, que ha optado por coaliciones árabes e internacionales y que acabo por descubrir el Sésamo: una fuerza árabe común…
No obstante, juego esta lejos de haber terminado. Al contrario se ha complicado: Al ver la imposibilidad de imponer sus soluciones y la flagrante incapacidad de sus satélites a contribuir a su realización, marco una pausa, dejando la región patas arriba.
Lo que no se dice: en Irak, por ejemplo para combatir a las milicias sunitas, creadas, financiadas, apoyadas, armadas y teledirigidas por Occidente y sus satélites regionales han sido creadas y proliferan de una manera inquietante otras milicias chiítas.
¿Era esto uno de los objetivos estratégicos de Estados Unidos en oriente Medio?
No cabe duda, aunque hasta ahora no solo es difícil de diagnosticar sobre la posibilidad de transformar lo político en dogmático o doctrinal, sino imposible. Lo corrobora, entre muchos otros, los recientes ataques de una coalición árabe contra el Yemen para exigir la salida de los Haucies de Sana’a, que cesaron sin realizar ni este ni ningún objetivo de esta guerra, que está movimiento las piezas del tablero medioriental.
Finalmente no es legitima esta decepción ante un mundo en que la división, la hegemonía, la exclusión, las guerras, las violencias y la alineación con éste o con aquél se han convertido en los fundamentos de una Liga que demuestra que cada vez es menos árabe y más americana

Comentarios