“Grito primal” de Said Jedidi Hoy capitulo III (tercera parte)







 







Al Hach Ahmed Ben Ali no le inquietan ni la velocidad ni las atrocidades del hombre. Miraba fija y atentamente el sucio vaso de agua que le acaba de traer Milud y se acordó, de repente de que, cada vez tenia menos sed de cuan do era joven.
-        Es otro eterno secreto de la existencia, pensó antes de preguntar a Marta por qué será.
-        La verdad es que, personalmente acabo de beber dos vasos de agua y sigo teniendo sed.
-        Será porque aun eres joven
-        Ni tanto ni tan vieja…
Soltaron en coro una carcajada…
El Hach Ahmed Ben Ali volvió la mirada hacia el punto de encuentro del río con el mar. Había visto millones de veces lo que los tetuaníes llaman “Fum al uad”[1], pero nunca había observado, como ahora la inexorable agonía de aquél río que, a pesar de ser insignificante se serpenteaba hasta la salida de Tetuán en un  recorrido de casi 15 kilómetros, que en cada punto cambia de nombre y de fisonomía M’hanesh, M’tirba etc. y que incluso, a juzgar por los restos de un enorme barco encontrado en la zona conocida como Tamuda se podido determinar la existencia, hace siglos, de una presencia fenicia con un puerto en aquél lugar. Convergió la mirada para observar con más atención las actividades de la llamada Chata[2] que trataba tanto laboriosa como infructuosamente de mantener abierta la desembocadura de este río, bloqueada por potencias europeas, especialmente española, para impedir las incursiones de barcos de piratas que salían del río.
-        Agua y luego te, exactamente como a Usted le gusta, Hach, corto su fértil imaginación el polifacético camarero
-        El problema contigo, Milud, no es que eres ignorante, que es normal, sino que inventas cualidades y costumbres a la gente. No me sorprende que nadie viene aquí. En todo caso, Milud, que Dios te lo pague
-        Lo siento Hach. Vas a tener que pagármelo tú
Milud hacia de camarero por la mañana. A mediodía se reconvertía en marinero y por la noche vendedor ambulante en el “paseo” de pipas, chicle y caramelos.  Nunca había salido de su Río Martín, natal y cuando a alguien se le ocurría evocar fronteras, él se imaginaba mecánicamente “La Chumbera” a la salida de la localidad que tomaba por el fin del mundo.
-        ¡Increíble!
-        ¿Qué has dicho, Marta?
-        Increíble. ¿No has visto como Milud atrapo y aplasto con la toalla o de lo que queda de ella una cucaracha?
Por aquí la gente dice que el mejor remedio contra las cucarachas es acostumbrarse a su presencia. Es decir si se meten en el plato lo comes, si tocar el vaso bebes en él si…
- Olvídalo y escucha esto, le cortó Marta enseñándole una de las paginas del libro que llevaba entre sus manos, según Henry Kubnik hace 10 u 11 mil años había menos de 5 millones de habitantes  en la tierra. A comienzos de la era cristiana pasaron  a ser unos 200 millones. Hacia el año 1000 eran más de 3000 millones que se convirtieron en 1000 en 1850. Un millar y medio en 1900. 2 000 millones en los años 30. 3 000 millones ahora y 4 000 millones en el 2000.
-        ¿Y qué? respondió Hach Ahmed ben Ali después de escuchar atentamente el relato de marta. Los musulmanes decimos que “Dios aumente el numero de los musulmanes”
-        No. No me refría a esto.
-        Entonces ¿Qué es lo que te inquieta un crecimiento normal de la población del mundo?
Antes de responder, Marta, como era su costumbre, busco con su mirada todas las partes del cielo y del entorno, fijándose en algunos lugares más que en otro, con el obsequio de una sonrisa de gratitud y de admiración.
Al Hach le parecía una eternidad este instante de silencio y de reflexión, tratando de verificar lo que buscaba marta con su pirada y su atención.
En el fondo a la derecha había el monte Uad Lau y a la izquierda la pequeña montaña que ocultaba “Grura” o Cabo Negro.
-        La verdad es que cuando observas esta naturaleza no puedes ignorar la generosidad divina. Los que vivimos aquí debemos dar gracias a Dios día y noche por tan maravilloso lugar.
Examino minuciosamente la cafetería, sus empleados y la cercanía y soltó, como de costumbre sin mirar a su interlocutor:
-        Resulta que la humanidad paso 10 000 anos, tal vez 50 000 para alcanzar el primer millar de millones de su población humana y solo 80 para llegar al segundo y menos de 30 para alcanzar el tercer millar de millones.
-        Es la voluntad de Dios. Él Es el Omnisapiente. Sabe lo que Hace y Deshace. Él Dice en el Corán: Conoce el pasado y el futuro; y nadie abarca de Su conocimiento salvo lo que Él quiere”.
-        Lo se, Hach. Lo se. Lo que pasa es que me inquieta tanta inconciencia de muchos. La Biblia dice: “Mira a tu alrededor: las mejores ideas proceden de Dios, quien dijo: "No es bueno que el hombre esté solo" (Génesis 2:18b)
-        La verdad es que  nunca se está solo. A donde te orientas allí está el rostro de Dios.
“Además, nosotros somos dos” continuo en voz muy baja para que no lo escuchara marta.
-        Dos son uno, uno es ninguno
-        Depende de quién es el uno y con quién hace la pareja.
-        “El Señor lo hacia prosperar en todas sus empresas” (Génesis 39:3)
-        Efectivamente: “Dios Es el Protector de los creyentes, les Extrae de las tinieblas hacia la luz” (Sura II, versículo 257)
Marcó una nueva pausa y soltó con dificultad entre los dientes:
-        La verdad es que todo esto, es interesante. Como siempre contigo, incluso muy interesante aunque a mi me gustaría saber el motivo de esta madrugadora cita. ¿Algo grave, Marta?
-        El día en que lo fuera no me volverás a ver y nunca te lo comunicaré. Es que, como hacia tiempo que no te veía y sabiendo que este es el lugar que a ti te gusta: aislado, desértico casi totalmente olvidado por estas horas, pensé que no seria mala idea volvernos a vernos y discutir como lo estamos haciendo. ¿No te parece?
-        Absolutamente. Era solo para disipar las dudas.
Desde lejos, se vislumbraban las siluetas de otros pasajeros de L’Hassani.

Mañana capitulo III (Cuarta parte)


[1] Desembocadura del río llamada « boca del río »
[2] Buque-dragadora

Comentarios