Expulsado un diplomático argelino de Mauritania: Métodos “Made in Argelia”



Argelia, como dicen, repiten y abusan de repetir sus dirigentes, no tiene nada contra su vecino marroquí. La idea suscita risa o, por lo menos perplejidad. ¿Quién duda de que el régimen argelino dilapida el grueso de los fondos de sus contribuyentes para atacar, infructuosamente a Marruecos y su razón de existir.
 
En vano… sobre todos los planos, de diferente manera y hasta de la forma más inmoral y más torpe como recientemente en Mauritania.
Efectivamente, hace unos días, un articulo de un diario mauritano (Al Bayan as-Souhoufi) “escribía” como las autoridades mauritanas se quejaban ante el Enviado especial del Secretario general de la ONU, de la masiva entrada de droga marroquí a su territorio.
Dirán ustedes ¿Y qué tiene que ver Christopher Ross con las drogas?
Pues bien… El gobierno mauritano, como lo exigen los usos y costumbres en las relaciones internacionales ha desmentido primero antes de descubrir los hilos de la maniobra, su finalidad y sus autores y expulsar al principal “espía” argelino en Nouakchut.
La maniobra consistía para la Embajada argelina en la capital mauritana en manipular, como lo hace en África del Sur y otros países africanos, irresistibles ante los petro-dinares, a parte de la prensa de este país, a fin de perturbar las relaciones de Mauritania con Marruecos y, de ser posible añadir el expediente de las drogas al de derechos humanos para contrarrestar el robo y la malversación de la ayuda internacional por los superiores del diplomático argelino, un tal Belkacem Cherouati, primer consejero y conserje en la embajada de Argelia en Nouakchut y sus subordinados polisaristas.
De torpeza en torpeza y de tropiezo en tropiezo, Argel pone el grito en el cielo y opta por lo que llama “reciprocidad” aunque ningún diplomático mauritano en Argelia haya tratado de comprar a algún periodista argelino para lanzarlo contra este o aquél país.
Total: desde el Consejo de seguridad hasta Nouakchut en Mauritania, pasando por muchos países africanos y muchas cuestiones pendientes, Argelia no parece poder ingerir sus derrotas ante Marruecos.
Sus métodos infantiles suscitan risa y la “habilidad” de sus servicios de inteligencia necesita aun cursillos en las oficinas de sus homologas sur-africanas.

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