En voz alta: Dieudonné y sus « razones »



Desde hace días, surgió en Marruecos una pequeña y falsa polémica sobre si se debía o no prohibir el espectáculo del humorista francés Dieudonné, fuerte y a menudo injustamente castigado en su país por la temática de su humor. Unos apoyaban la prohibición en razón de una presunta “posición antisemita y antirreligiosa del controvertido humorista. Otros, basándose en la libertad de expresión y en la independencia en la decisión preconizaban lo contrario. Muchos estimaban que ya que estaba prohibido en Francia se le debía permitir actuar fuera de ella.
 
No. No fue así y no ha habido, como por ejemplo cuando lo del “zafarrancho” de “Charlie hebdo”, ninguna manifestación de solidaridad ni evocaciones de la libertad de expresión ni esto ni aquello ni siquiera una insinuación de que este país es adulto y vacunado y puede valorar de manera independiente y consecuente quién es provocador y quién no lo es.
Se puede estar por o en contra del estilo de Deiudonné, lo que no se puede ser es un “corta y pega” de posiciones de los demás, porque tanto en la Francia a la que se imita como en el resto de los países occidentales el respeto al Islam y a la identidad cultural de los musulmanes brilla por su ausencia y pocas veces…muy pocas hemos visto quien lo estigmatiza en Marruecos, por lo menos en la prensa francófona.
No somos pocos a los que no nos gusta el humor del artista francés, no porque lo valoramos en función de la evaluación  francesa y su visceral resistencia hacia todo quien no se alinea con su forma de ser y su manera de actuar, o por sus propositos sobre el primer ministro francés o sobre Patrick Cohen, sino simplemente porque nos parece poco tolerante y muy a menudo en función de respuestas a temas y cuestiones planteadas exclusivamente en Francia.
La verdad es que no seria fácil dar crédito a las valoraciones y consideraciones de quien estima que ofender a los símbolos de las religiones del prójimo es libertad de expresión y el grueso de Dieudonné en Francia proceden de su, para muchos de nosotros, desmesurada respuesta o reacción, a aquello de “Je suis chalie”.
Francia no es Marruecos ni Marruecos puede ser Francia aunque prohibiera lo que ésta censura y porque tiene sus especificidades, sus milenarios usos y costumbres y su vision clara, precisa y concisa de lo que, realmente "la libertad de exprersion" y lo que es otra "cosa".

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