Arabia Saudita, cambios en las altas esferas y Occidente: Los intereses en juego

Como ya se sabe el rey Salman de Arabia Saudita ha remplazado hoy (miércoles) entre otros a su heredero al trono, el príncipe Moqren por el ministro del interior, Mohamed Ben Nayef.
 Mohammed bin Nayef bin Abdul Aziz, à droite sur la photo, est désormais le prince hériter du royaume d'Arabie saoudite. AFP
Se trata evidentemente de una convulsión en las altas esferas del Estado. “realmente un cambio histórico… un verdadero cambio de generaciones”, como lo calificaba este mediodía un diplomático occidental que ha preferido el anonimato al diario francés Liberation.
No obstante, en vez de análisis de las razones y las motivaciones geopolíticas y estratégico-securitarias que han conducido a esta amplia enmienda ministerial en uno de los países más importantes y más influyentes de la región medí oriental, la prensa occidental, ha preferido hoy más el mantenimiento del ministro de petróleo Ali Al-Nouaimi o el hecho de que “ la remodelación en la cúspide del reino, primer exportador mundial de petróleo que confirma, por primera vez un avance de la segunda generación de la dinastía de los Al Saud y un rejuvenecimiento en la cumbre de la monarquía” que el relevo al frente de Asuntos exteriores y la creación de un Consejo nacional de seguridad y otro económico.
Petróleo y una generación procedente de las universidades americanas o europeas. ¿Qué es lo que puede interesar a Occidente en Arabia Saudita o en cualquier país árabe más que esto? O sea: el presente y sobre todo el futuro de sus intereses, sus inversiones y las multimillonarias relaciones comerciales con el generoso reino.
Las principales capitales occidentales parecen tranquilas. Algunas de las cuales dan la impresión de que conocían el cambio por lo menos tres días antes. Inútil expresar asombro alguno. Todo en orden. Cambios dentro de la continuidad y todo el mundo a la expectativa. El mutismo de Estados Unidos es significativo. La incertidumbre inicial de Paris, Bon, Roma, Londres o Madrid constituye una actitud accesoria. El nuevo titular de la cartera de Asuntos exteriores aporta respuestas. El país promete una mayor independencia en la toma de decisiones y quizás, incluso un giro de 180 grados en la gestión regional, en la que la lucha contra Dae’sh ha pasado al segundo plano ante la “influencia” iraní en la región (Yemen, Siria y en el Líbano con Hizbolah) y un abstracto desorden en las alianzas y los ejes. Egipto pasa a la reserva. Estambul-Doha-Riad recupera protagonismo. Siria, Irak y el Yemen estrenan nuevos problemas que han comenzado con una intervención directa de Turquía en la batalla de Idleb y otra no menos directa de Israel en el Kalmun.
¿Qué es lo que pasa en oriente Medio? Nadie lo puede explicar, menos prever. Los próximos días aportarás la respuesta. Hasta entonces todo no es más que especulación.

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