Arabia saudita/Occidente: Ruido de… identidades




 Pero qué mosquito ha picado a cierta prensa occidental para alzarse ahora y nunca antes como “defensora” de la democracia y de las libertades, especialmente en/contra Arabia Saudita. En Francia desde hace días, la prensa ha encontrado el tema predilecto para la promoción de su “libertad” de expresión: Arabia Saudita, su difunto rey, su nuevo soberano y sus usos y costumbres.
 



Todo indica que la manera con que se ha recibido a las delegaciones internacionales, algunas de ellas como Estados Unidos y Francia han sido de controversias, el abandono del nuevo rey Salman a su huésped Obama para rezar y la banderola colgada en el aparato presidencial francés, no ha resultado del agrado de todos.
Después de la rabiosa ofensiva de la prensa francesa, desde Estados Unidos se despiertan un poco tarde pero no menos rabiosos que sus colegas galos: “La desaparición del rey Abdellah no tendrá ninguna incidencia sobre los lazos entre el Reino wahabita y Occidente que continuará cerrando los ojos so re la corrupción y la represión”. El abstracto comentario es de The New York Times.
¿Y qué pueden hacer que  no hayan hecho o no puedan hacer?
No. Arabia Saudita o Qatar que acaba de comprarse, nada más y nada menos que una parte del Canary Wharf, el barrio de negocios mas importante de Londres después de la City no son Siria, ni Libia, Ni Túnez… ni siquiera Irak o el Yemen. En los dos Estados del Golfo no hay “primavera” que agarre y lo han demostrado.
No obstante, todos estos rabiosos artículos y críticas, minuciosamente elaborados y exhaustivamente publicados con un evidente Timing que presagia nuevas “primaveras” económicas, pero esta vez no en el mundo árabe.
Voces en Francia que reclaman la normalización con Irán y otros países de oriente Medio como Siria. Y otras inconsecuentes, denuncian lo que, de producirse equivaldría a un suicidio…geopolítico, económico y estratégico.
Sin embargo, como dicen los cubanos, después de la tormenta, tardee o temprano, vendrá la calma… y la calma en el mundo árabe seria peor que todos los huracanes juntos, porque pondría en pie una nueva ecuación y establecería nuevas pautas y nuevas coordenadas de una nueva función geopolítica mundial.
No. Ni a los franceses ni a los estadounidenses les gusta que se le tuteara, pero los desarrollos acaecidos y por acaecer en el Próximo Oriente, especialmente el decline del gendarme israelí y el eclipse del postulante turco, presagian la emergencia de nuevos polos y nuevos ejes estratégicos que podrían incluso prescindir de la “protección” occidental.
Pero, lo que, hoy por hoy, es simple análisis de los datos geopolíticos de la región,  pueden imponerse mañana como imperativo para dar crédito de la primera frase pronunciada por el nuevo soberano Saudita: “La prioridad de mis prioridades serian la unidad árabe e islámica”.
¡Todo…Menos esto!




 

 

 

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