Marruecos/ Ley anti-terrorista La inquietud y su antónimo



Durante la discusión parlamentaria respecto a las enmiendas del Código penal y el procedimiento penal sobre la ley antiterrorista, el ministro de Justicia y de la Libertades ha intentado tranquilizar a los diputados en cuanto al riesgo de patinazos (excesos) en los procedimientos anti-terroristas.
 
De esta forma, Mistada Remid ha explicado que él mismo se oponía a la ley antiterrorista cuando ejercía la abogacía y cuando era diputado de la oposición “antes de cambiar de opinión a raíz de los atentados del 16 de mayo del 2003 en Casablanca”.
Para dar peso a sus argumentos el ministro Remid ha precisado que 1212 marroquíes “combaten” actualmente con los terroristas de Daesh y que esta cifra alcanza los 1 500 hasta 200 si con tamos a los marroquíes afincados en Europa.
En lo que concierne a la avalancha de inquietudes expresadas espesadas por las aviaciones y la sociedad civil y por organizaciones de defensa de derechos humanos, sobre eventuales abusos de las fuerzas de seguridad, Remid ha explicado que la cuestión se planeta todos los países del mundo y que el problema no se sitúa nivel de la legislación, sino e su aplicación: “El problema, dijo el ministro, abarca pues el necesario equilibrio entre el respeto de derechos humanos y los imperativos de seguridad”.
“Con el cortejo de las victimas mortales, los desmantelamientos en serie de células antiterroristas, he adquirido la convicción, dijo el ministro de Justicia y de Libertades, de que Marruecos necesita leyes preventivas para hacer frente a las amenazas que acechan al país y a los ciudadanos”.

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