Cataluña entierra su referéndum de independencia: Independentistas civilizados…



Un prolongado suspiro para España y el presidente de su gobierno, Mariano Rajoy: a raíz de la suspensión del Tribunal constitucional de Madrid, el presidente del gobierno regional catalán, Artur Mas confirma que el proceso de autodeterminación no se desarrollará como estaba previsto.

Artur Mas, lors de la conférence de presse du 14 octobre 2014 à Barcelone - AFP/Josep Lago

España tiene suerte de no tener a Argelia como vecina.

De hecho a derecho… de facto a símbolo: el 9 de noviembre (9-N) habrán urnas, mas de 20 000 voluntarios y boletines de voto para que los catalanes pudieran pronunciarse sobre el presente y el futuro de Cataluña. Pero esto se desarrollara en el marco de un “proceso participativo” y no, como lo quería el decreto suspendido por la Corte constitucional, en acuerdo con Madrid: una manera como cualquier otra de proponer una alternativa y de esquivar, así, esta suspensión para no obrar en la ilegalidad.

“Cataluña, escribe hoy en un análisis titulado “hasta luego, consulta” al respecto, desea la consulta (y la ha presentado como remedio a todos los males), pero no desea romper con la legalidad democrática”.

Casi todos, siempre hay la excepción que confirma la regla, quieren obrar en la legalidad y respetar la legalidad democrática.

Y es que  la Generalitat no es otra “cosa” y su presidente, Artur Mas, no es vitalicio... como “otro”. Además y es lo esencial, obra conforme a la legalidad existente y en respeto a la constitución del país que, en materia de soberanía, no permite iniciativas regionalistas unilaterales y no teledirigido por los servicios de inteligencia militares de Argelia.

Legalidad democrática: El presidente (no vitalicio) de la Generalitat ha dejado la puerta abierta a la celebración de elecciones plebiscitarias, durante el 9-N que servirían a reconfirmar el resultado del “proceso participativo”.

 

 

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