A pesar de que la harina está subvencionada (por el contribuyente marroquí): Las panaderías y pastelerías desoyen al gobierno y anuncian aumento del precio del pan



Meses de pulso entre el gobierno y la asociación de panaderos, con una huelga que acabó en ridículo y amenazas que nadie quiere escuchar, esta última opta por lo inaceptable: hacer oído de mercader ante las advertencias del gobierno y en un increíble alarde de desafío a todos, aumentar en un 0’20 del Dh el precio del pan de más de 160 gramos. La decisión será efectiva, según el presidente de esta asociación de panaderías y pastelerías, Houssine Azaze, será efectiva desde el lunes 20 del actual.
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Como era de esperar en un Estado de derecho, el ministro de Asuntos generales e interlocutor de la mencionada asociación, advirtió que el gobierno adoptará “una posición firme” en caso de aplicarse dicho aumento.
Después de recordar que la harina esta subvencionada por el Estado, Mohamed El Ouafa explicó el alcance del pulso a pulso: “Vamos a aplicar en caso de alza, las disposiciones de ley relativa a la competitividad 99/06 que contrariamente a lo que afirma la FNBP sanciona a los que actúan contrariamente a la ley, los que fijan, de manera unilateral y sin aval del Estado el precio de pan, cuya harina esta subvencionada”.
 
“Una posición firme”. ¿Qué posición firme? Se trata de un desafío para todos. Unos irrespetan la ley, otros la padecen. Se trata de un grave atentado contra el poder adquisitivo de los marroquíes, todas las clases sociales confundidas. Y sin el gobierno raramente da a los marroquíes alguna satisfacción, por lo menos que proteja, que es su deber y su obligación, lo que les es esencial: su poder adquisitivo.
El jefe del gobierno ha decidido reunir dentro de dos días una comisión interministerial que va a examinar esta decisión de los dueños de panaderías. Reunión, cuyo sentido y alcance, l la mayoría de los marroquíes no comprenden: las leyes son claras y explicitas y están hechas, no para que los panaderos  ni nadie, las violaran, sino para que se acataran de manera religiosa. Por lo contrario se llamaría anarquía. Y nadie ignora a donde nos pueda conducir la anarquía. De modo que de violar las leyes en vigor, las sanciones para con los infractores también son claras.

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