Solo a los ingenuos debe sorprender una futura (o presente) victoria de la
extrema derecha (FP o del inconfesado sionismo “cristiano”) en Francia.
Efectivamente, con la política del presidente Hollande y su gobierno respecto a algunos países del Próximo
Oriente y para con las situaciones en algunos de ellos como en Siria ahora y
Libia no hace mucho, entre otros, todo indica que, la actual administración ha
convertido a Francia de la “Liberté, égalité, fraternité” (Libertad, igualdad, fraternidad)
en un campo abonado para la extrema derecha y sus estrategias racistas y xenófobas.
Todo sirve, aunque en casos tan verosímiles y surrealistas para atacar a
los musulmanes de Francia (y de fuera de ella) como fue ayer el caso en la
cobertura de la inmensa mayoría de los órganos de prensa de la manifestación en
la Gran Mezquita de Paris, en la que, con tonos claramente xenófobos, se recurría
a comparar lo incomparable.
De tal modo, que no pocos de estos órganos reprochan en términos crudos a
los musulmanes y al rector de la Gran Mezquita de Paris de que su manifestación
contra la intolerancia de “Daech” (en cuya creación, su gobierno ha contribuido y
sigue contribuyendo con su ayuda a demás grupos terroristas en Siria, eficaz y entusiasmadamente)
y sobre todo al asesinato de su compatriota Hervé Gourdel fue “una victoria de
Hamas sobre Hervé Gourdel por 30 a 0”.
Comparaciones peligrosas e ignorancia premeditada de la diferencia de
caracteres entre los dos tristes sucesos.
Ninguno de estos órganos ha tomado la molestia de preguntarse por el número
de masacrados en Gaza ni el volumen de las pérdidas allí en la destrucción de
su infraestructuras y los bienes de sus ciudadanos, ni como, ni por qué ni
siquiera hasta cuándo.
“Eran apenas unos centenares ante la Gran Mezquita. ¿Pero, donde estaban
los demás? Escriben y se preguntan algunos medios informativos franceses esta mañana,
en alusión a la relativamente poco concurrida manifestación musulmana para
denunciar el vil asesinato de Hervé Gourdel.
Estos centenares de manifestantes y los que, aunque no acudieron al acto,
sienten la misma repulsa y el mismo rechazo a la barbarie de donde llegue: de “Daech”
o de Israel, son franceses y nadie tiene el derecho de dictarles por quién
manifiestan y a quién deben expresar su solidaridad.
Peor, pero ilustrativo de este nuevo brote de xenofobia, perfectamente
organizado, no por el FP, sino por los medios sionistas franceses que como decía
un judío francés que citamos ayer “el peor sionismo no es el judío, sino el
cristiano”, “el número de los manifestantes musulmanes por el asesinato de
Hervé Gourdel era menos del número de los “yihadistas” franceses que fueron a unirse a los cortadores de cabeza de
Irak y Siria”.
¿Cortadores de cabeza? Sin duda, pero Francia sigue formándolos, ayudándolos
y lanzándolos contra algunos regímenes como lo hizo en Libia, bajo otros
nombres y otros apelativos.
Luego… ¿Cuántos fueron/son los franceses no musulmanes que
manifestaron/manifiestas por las diarias decapitaciones de centenares de
musulmanes y cristianos en Siria?
No hace buscar la respuesta, pero si tratar de reflexionar sobre este muy “elocuente”
rotulo publicado esta mañana por la prensa francesa: “el número de los
manifestantes musulmanes por el asesinato de Hervé Gourdel era el mismo de los
que gritaron durante un día ‘memorable’ “Día de Cólera”: “Judío, Francia es
tuya”.
¿Me siguen…?
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