Desmantelan otra célula terrorista en Nador y Melilia “Religioso” es el problema, religiosa debe ser la solución



Ahora se sabe más de la célula de reclutamiento para el llamado “Estado islámico”, desmantelada el viernes conjuntamente por las autoridades marroquíes y españolas en Nador y en Melilia.
 
Un comunicado del ministerio marroquí de interior da los pormenores al respecto:
Desde su jefe, un ex militar de nacionalidad española, Mohamed Said Mohamed, que, dicho sea de paso, ingresó en prisión ayer en España, por orden judicial de la Audiencia nacional, la mas alta jurisdicción penal española. El hombre es un  habituado de la justicia y de la delincuencia con un impresionante capital de actos criminales, hasta sus miembros, todos contrabandistas de notoriedad pública y “comerciantes” de coches robados para financiar el  viaje de los miembros de la célula a los infiernos de Siria e Irak.
La célula se llamaba “Ansar el Estado islámico en el Maghreb Al Aqsa” (Los que apoyan al Estado islámico en el Magreb al Aqsa) que estaba en estrecho contacto con los de la célula “Attauhid” (unicidad) y “Al Mouahidine” (almohades) desmanteladas en mayo del 2013 en Nador y asimismo con la organización “Al Qaida en el Magreb islámico” en el norte de Malí, da la que pertenece el hermano del jefe de esta célula desde finales del 2012 antes de unirse a “Daech” en Irak y en Siria.
La edad, el nivel de formación y de instrucción de los miembros de la célula desmantelada así como la facilidad de que un semi -analfabeto puede convencer a gente a matar o a morir plantea una serie de preguntas y exige aclaraciones de los servicios de seguridad en los dos países que no lograron identificar antes a tan peligrosa banda criminal en dos pequeñas ciudades como Nador y melilla.
La única explicación es que, sola, la solución securitaria es insuficiente para no decir, en este caso, deficiente.
Lo hemos dicho antes y no nos cansaremos de reiterar: siendo religioso o seudo religioso el problema, religiosa o seudo religiosa debe ser la solución.
La reciente medida tomada por el rey Mohamed VI de Marruecos de oponerse a toda politización en las mezquitas en el reino, puede servir, por un lado del primer eslabón para una lucha sin bombas ni cañones, sino con la palabra y el verdadero argumento para combatir un fenómeno, objeto de todas las amalgamas por parte de Estados Unidos y sus aliados y domésticos y un ejemplo e ilustración de la posibilidad de luchar contra el mal por el bien y contra el derrame de sangre por medios pacíficos y legales.
En Marruecos, como en el resto de los países árabes, las células durmientes constituyen una amenaza infinitamente más potencial que las activas en Siria o en Irak, de donde es indispensable una reforma de la legislación en este sentido para responder a los imperativos de hacer frente a este flagelo.




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